jueves, 6 de junio de 2013

EL REMOLINO (2)






















cuento de seis capítulos


                            








                          CAPÍTULO DOS

entonces como te decía, todo estaba automatizado en aquella ciudad,  de un modo obsesivo de perfección y sumamente rutinario. Las personas eran guiadas desde pequeñas para capacitarse en lo que hiciera falta y no elegían su ocupación de acuerdo a sus intereses o inclinaciones particulares.

Ni los niños ni los grandes podían equivocarse. El que lo hacía era trasladado a la Isla de la Reclusión o El Afuera como también le decían, donde se encontraban aislados todos los ancianos, sin comunicación alguna con el resto de los habitantes. Llevaban un tatuaje imborrable en la frente que decía Incompetente.Encargándose hasta el fin de sus vidas de realizar los trabajos manuales que se les imponía para producir los alimentos de todos los demás y otras necesidades básicas para la subsistencia.

A  todos los ocupantes de ese pueblo se les suministraba en forma regular y obligatoria para que consumieran adictivamente el Estressol, que era una droga que estimulaba a vivir sin ideas propias y con nada de ansiedad. Con ello se lograba que todos marcharan en la misma dirección y sin hacerse planteos que los llevara a cambiar el modo ya preestablecido desde vaya saber cuanto tiempo hacía. Nadie se planteaba entonces la posibilidad de vivir de otra manera y ello no les causaba aparente conflicto.

Olvidaba decirte que había una tercer torre en otra plaza con una pantalla enorme tridimensional y visible desde todos los ángulos. En ella se transcribían las órdenes del Gobierno Central, el cual no se sabía por quien o quienes estaba constituido, eso realmente a ninguno le importaba saberlo, o al menos eso creían.Me refiero a las identidades de estos funcionarios ni el modo en que eran elegidos.

Pero los corrillos vecinales en las esquinas eran permitidos durante dos horas al dia, después del almuerzo. Es que a los Grandes Capitales que manejaban los hilos de todo ésto les convenía conceder un tiempo a la lata para imponer los rumores que ellos querían generar en forma manipulada por psicólogos sociales contratados para ello, cuyos nombres tampoco trascendían; aunque lo que no podían detectar o controlar eran los pequeños chusmeríos que se deslizaban paralelamente a esos rumores impuestos. De ese modo y junto al consumo del Estressol lograban dominar a la población y producir lo que convenía a ciertos mezquinos intereses.

Consiguieron de ese modo que los miembros de cada familia no se tolerasen y fuesen hostiles entre si, transformándose ésta en una fría sociedad de contrato como te dije antes, la cual se disgregaba fácilmente y sus miembros aceptaban dócilmente lo que el Gobierno les imponía. Dividir para reinar era el Gran Axioma de éste.

Pero en el fondo de todo ésto, los habitantes no notaban el efecto subliminal del Estressol con distintas consecuencias. Por ejemplo bajaba significativamente la autoestima de las personas, las que muy en el interior de si mismas tenían un sentimiento profundo de malestar, que las mantenía en un estado latente de angustia reprimida y no conciente.......

4 comentarios:

  1. Mmmm... da para pensar, cuándo estaríamos en condiciones de parecernos a esa sociedad? Ayer vi con mi nietita una película infantil, pero para que los mayores piensen, WALL-E, un pequeño robot sobreviviente en una Tierra arrasada y una colonia de humanos asilados en otro planeta (similar a la misión Marte?) alienados por completo, una plantita será el detonante para que reaccionen, un abrazo!

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  2. Da para pensar esto y lo del Estressol ni te cuento.
    buen fin de semana amigo.

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  3. Lo del Estressol me da escalofríos, si algún día lo inventasen.......hmmm!
    Espero impaciente el próximo capítulo. Abrazos

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