sábado, 28 de junio de 2014

4-UNA HISTORIA MAS O MENOS REAL


ULTIMA  PARTE














Fue así como Jeremías llegó a un punto tal, en que no pudo continuar viviendo con sus padres y hermanos porque era mucho el clima de violencia y el sentía que estaba por llegarse a una hecatombe.

A tal punto sucedían las discusiones entre sus padres, durante las cuales el era el que terminaba inculpado sin haber entendido la razón, que ya ni ganas tenía de estar con ellos y cada vez que se encontraban juntos, sabía que indefectiblemente terminarían en pelea.

Se vió impulsado a alejarse definitivamente una madrugada con solamente un bolso con cosas esenciales y sin que nadie despertara sospechas. En realidad le resultó fácil lograrlo, porque a esa altura, nadie controlaba si se encontraba en su cama ni siquiera para saludarlo para desearle "los felices sueños de costumbre"




A partir de entonces fue mucho lo que sufrió como tantas las noches en que tuvo que dormir bajo un puente o en el último vagón de un tren, hasta que como te dije, fue detenido por la policía sin poder dar explicación sobre su situación.

Tantos años de despertarse sobresaltado pensando en reencontrarse con los suyos sin saberse mas de ellos a pesar de haber vuelto a su casa , la cual se encontraba ocupada por desconocidos, los que tampoco supieron orientarlo.

Con el tiempo pudo saberse que sus padres habían muerto en un accidente pero de sus hermanos jamás logró ni siquiera obtener alguna pista para localizarlos.....

La historia de Jeremías  no termina todavía, actualmente se encuentra casado con Clara y vive junto a dos hijos estando a cargo de un Hogar para Chicos de la Calle al que cada tanto me doy el gran gusto de visitar.........


A esta altura nos entendemos con la mirada y los dos sabemos muy bien que cargará consigo una pesada Cruz y que siempre tendrá un gran vacío sin llenar.........


Pero lo que mas me conmueve es el camino supo forjarse y la Paz que irradia hacia los demás..........


Su mujer lo acompaña fervorosamente y, tanto sus siete hijos como los niños que alberga, le brindan tanto Amor que, sumado  a su gran batalla por la vida, se da bien por satisfecho me suele decir con una gran sonrisa y mirándome a los ojos a modo de complicidad......


  




 GRACIAS POR HABER LEIDO


                               LAO PAUNERO

miércoles, 25 de junio de 2014

3-UNA HISTORIA MAS O MENOS REAL

















TERCERA PARTE

(ante último capítulo)













Parecía que el hecho de aproximarse su egreso hacía que Jeremías no parase de hablar. Se lo veía como invadido por una necesidad de puesta al día o de desahogo por sus sufrimientos y atrapado tal vez por el temor a salir al mundo para abrirse camino por propia cuenta y responsabilidad. Ello se contradecía con el gran deseo de cumplir sus sueños, los cuales eran en gran parte formar una familia que viva tranquila y en paz, como me decía repetidamente con tono de desafío a enfrentar, ya que por las noticias que llegaban, difícilmente podría reencontrarse con sus padres y hermanos. Tristeza profunda le causaba esta muy posible realidad. Muchas veces, en nuestras conversaciones se producían prolongados silencios que no podré olvidar. Eran los momentos en que, con un fino humor que de algún lado habría heredado, repentinamente deslizaba algún comentario chistoso para salir de esos trances.

Me habló sobre su papá diciendo que, pese a que lo llevaba con el auto a muchos lugares como acompañante, prácticamente nunca le hablaba. Al punto de que estaba convencido de que no lo quería, a pesar de llevarlo en el auto con el como ayudante y que eso le gustaba mucho, pero le causaba extrañeza su silencio para con su persona. Siendo un adolescente y en adelante, dejó de besarlo al llegar o despedirse, dándole la mano muy serio y sin decirle nada, "como si me tuviera bronca" y a eso tampoco le encontraba explicación. Hasta una vez, pese a que jamás le había levantado la mano,  enojado por algo que jamás entendió lo desafió a tomar un cuchillo para pelear con el. El instinto le había dicho a Jeremías que era por algo que sucedía con su mamá, pero jamás lo entendió. Ante tamaño relato, le dije que, por lo que me había contado, su papá era bueno y jamás le podría haber dicho algo así en serio, que seguramente fue solamente una expresión en sentido figurado, pero no real.


Mientras hablaba, se me volvía a cruzar aquella frase de que "quien mas ama, mas sufre".


Jeremías lo justificaba a su papá diciendo que cuando era muy joven, por accidente había matado a un hermano con un revólver de bajo calibre, dándole en un ojo. Y, pese a que jamás decía una palabra sobre el asunto; el intuía que ese tremendo accidente había signado su carácter para el resto de su existencia. Por otra parte agregaba que admiraba como era que podía soportar ese gran dolor sobre el cual nunca le había escuchado decir una sola palabra; solamente lo que sabía, había sido por versión de su mamá. A lo que se sumaba que, sin mala intención su madre, es decir, la abuela de nuestro amigo, lo reprendió duramente cuando ocurrió ese tremendo suceso. Yo le observé que pudo haber sido una reacción instintiva ante la situación.  Me decía también Jeremías, como fue que le impresionaba el cuadro de ese hermanito muerto, colgado en su dormitorio y el hecho de que a su hermano mayor le habían puesto su nombre.

También contaba que su mamá había sido muy tierna con el durante su primera infancia, y que de ella había heredado su inclinación musical y la religiosidad; siendo que la Fe era el secreto que lo estaba sacando adelante en la vida. Pero no se alcanzaba a explicar su cambio brusco con el inculpándolo de cosas que jamás entendió, gritándole casi todo el tiempo y haciéndole que se encargara de cuanta responsabilidad excediera de sus posibilidades según su edad, que no eran necesarias y que los reclamos afectivos que el tenía eran muy superiores.

Para no extenderme demasiado y no te aburras te voy a decir que parecía como si su mamá lo identificara a Jere con su papá y ante las personas conocidas, lo ponía en sus conversaciones como un modelo de muchacho, pero estando en casa era todo lo contrario.

También descubrió con el tiempo que algo había sucedido entre sus padres a lo que no encontraba explicación, pero que cambió completamente el trato entre los dos. "Me acuerdo de una vez que el se ausentó de la casa por unos tres días", lo cual les había generado gran angustia a el y sus hermanos.

Ya desde que ellos eran no tan chicos, la relación de los padres hacía que pelearan mucho entre ellos y los domingos habían dejado de ser una fiesta como antes lo había sido, ya que siempre terminaban con peleas entre ellos, lo cual provocaba en Jere un alejamiento cada vez mayor......

miércoles, 18 de junio de 2014

2- UNA HISTORIA MAS O MENOS REAL
































SEGUNDA PARTE














Para un chico que como Jeremías, que había tenido una infancia de oro como el mismo me dijo, y se había criado "dentro de una burbuja" ni se le ocurre pensar que algún día, ésta podría pincharse.

Los psicólogos en general, sostienen que aquel que tuvo tanto, sufre mucho mas al perderlo, especialmente en lo afectivo. En cambio, aquéllos que tuvieron poco, inclusive en lo material, desarrollan defensas y son mas fuertes a la hora de los sufrimientos o pérdidas importantes, incluido el abandono familiar.

Y nuestro amigo del cuento me sorprendió con una reflexión que me estremeció y me dejó pensando,  diciendo que "a los animalitos les sucede lo mismo, por eso no tenés que darles lo que luego le  vas a quitar". "Por ejemplo a un perro, si lo acostumbrás a una caricia, a un hueso o a una cucha,  no se lo niegues después".

Ni te cuento como me hizo sentir esta observación de Jere, el que como se dice "me hizo poner la piel de gallina" por su agudeza y como lo reflejaba a el mismo metafóricamente te diría.

Pero en fin, es realmente cierto y  he comprobado en tantos casos  que un pibe criado en un cielo no puede generar defensas muy fácilmente para sobrevivir en un infierno. Y para chicos como éstos no se precisa mucho para obsequiarle un desastre. Cuando éste sobreviene tiene que improvisar, ya que enfrentar una dura realidad sin recursos  en un abrir y cerrar de ojos, le resulta sumamente muy difícil sobrellevarlo.

Y ciertamente, ese cambio brusco hizo que derivara en ser crucificado; al presentar problemas por haber sido encontrado durmiendo en el último vagón de un tren cuando solamente tenía once años de edad. "Estaba comiendo pan verde por la humedad del tacho de la basura". Me explicó que habían pasado un montón de días de los que ni se acuerda bien cuantos fueron , ya que como es lógico, los sintió como a una eternidad. "Que me quisieron agarrar unos tipos y sacarme la ropa, pero yo no entendía mucho", ya que creía que les interesaba la vestimenta para venderla porque su inocencia no le permitía darse cuenta de que lo que querían era abusarse.También me contó como fue que vivió en un depósito de chatarra donde lo dejaban quedarse a cambio de trabajo duro, manipulando mucho material de descarte que allí mismo compraban a los cartoneros para luego revender. Me contó que no les interesaba mucho saber de su situación personal y le imponían la condición de que no le contara a nadie sobre donde se encontraba alojado. Yo sabía que era muy frecuente que los depósitos chatarreros alojasen a jóvenes fugados, porque si algo les sucede por accidente o lo que fuere, nadie se enteraría de su destino, dado que esos lugares no suelen ser muy controlados. Vienen a ser algo así como los llamados "aguantaderos", donde se refugian fugitivos y viven con códigos muy diferentes a los que estamos acostumbrados.

Fue internado entonces en el Instituto donde lo entrevisté por primera vez y felizmente, conseguimos por voluntad de los dos, construir un lazo de confianza .

"Usted si que me escucha" repetía a cada momento...

Este chico era ahora un expediente caratulado como Fuga de Hogar, y ese  rótulo sería inamovible hasta que fuera mayor de edad; y aún así, le quedaría como una especie de espesa mancha negra para el resto de su vida. Y por esas cosas del destino, me había sido asignado su seguimiento por muchos años, hasta el momento de su egreso....

Cada vez que lo visitaba en el internado, lográbamos que me compartiera una parte mas de su historia y entenderlo cada vez mejor. Agarró mucha confianza conmigo porque le demostré interés por su persona y ante los hechos que me contaba, de ninguna manera tendría la postura soberbia de creer que podría estar en su lugar; porque solamente el podía  saber lo que había sufrido. "Nunca vas a estar en mis zapatos" solía decirme y por supuesto, se lo admitía muy respetuoso de sus palabras y de su historia tan fuerte.

Así fue como terminé sabiendo algo no comprobable, que era que en realidad lo había arrojado a la calle su propia madre y como ésta era, lo que se dice "una señora de bien" y de buen concepto en el vecindario, nadie le creería a el, sino a ella. Me tuve que callar porque sino me iban a alojar en el instituto de "los pibes malos", me dijo con un lenguaje algo infantil.....

Te hago notar, que en ningún momento durante todo el tiempo en que lo conocí, dio muestras de rencor para con sus padres, todo lo contrario, reflejando un corazón noble. Incluso llegó a decirme un par de veces que "no tenía porqué juzgar sus comportamientos ni entre ellos o para con el, porque no era quien para hacerlo". Pero esa actitud me hacía dar cuenta que sufría mucho mas entonces, lo cual me recordaba aquella reflexión de Santa Teresa creo, la cual decía que "quien mas ama, mas sufre" o algo parecido.

miércoles, 11 de junio de 2014

1- UNA HISTORIA MAS O MENOS REAL

















cuento con connotaciones de realidad
para leer despacio....
agradezco a quien quiera participar leyendo o aportando alguna opinión.- 
SON CUATRO CAPÍTULOS BREVES
(los publicaré semanalmente)













PRIMERA PARTE

Como hacía mucho frío lo convidé con una taza de chocolate y un trozo de la torta que me había regalado una señora de esas que suelen ir al Servicio de Orientación. 
Sentados uno frente al otro, sin escritorio de por medio, puse mucha atención en su relato, que a pesar de que le costaba bastante, fue tomando confianza.
Por su manera de hablar reflejaba un herencia cultural bastante posicionada; educado en sus modales, respetuoso en su actitud...


"Tuve lo que se puede llamar una infancia de oro, me dijo. Éramos varios hermanos que cuando recién había oscurecido, nos pasábamos mirando para el lado de la puerta de calle hasta que llegaba mi papá. 
Nos poníamos muy felices cuando lo veíamos entrar. Nos abrazaba muy cariñoso a uno por uno y siempre acostumbraba traernos alguna golosina que nos daba en el momento y terminaba siendo el postre de la cena. Lo cual, hacía que rutinariamente nos fuéramos a lavar las manos, cepillarnos los dientes y despedirnos también de mamá, al mismo tiempo que el acostumbraba a darnos muy ceremoniosamente la bendición haciéndonos una cruz con el dedo pulgar sobre la frente.
Yo sentía que éstas y otras cosas cotidianas no me podían faltar para dormirme tranquilo. 
La costumbre era irnos a dormir "con las gallinas" decía ella, ya que nos acostábamos cuando recién oscurecía pero muy contentos y nos levantábamos también temprano con el mismo buen humor "con el canto del gallo". Mi mamá para que me entienda, tenía esas costumbres adquiridas porque su padre había sido estanciero y ella se había criado con ellas.

Éramos cinco hijos felices, de los cuales dos eran mujeres y yo el anteúltimo de todos, me explicaba con ansiedad Jeremías. Aderezando su relato con un montón de detalles que parecían como salidos de un cuento hermoso de esos en los que se vive "felices para siempre", lo cual al comienzo me había hecho dudar de su veracidad, hasta que debido a muchas observaciones y preguntas fui constatando que realmente todo era cierto, que no fantaseaba para nada en su relato. Sucede que además  tengo experiencia de muchos años de contacto con diversos chicos que padecieron diferentes problemáticas familiares como para conocer la credibilidad del relato. 

Me habló entre otras cosas acerca de los enormes pesebres que hacían en su casa, las comidas domingueras, sus dos viajes a Europa para visitar a sus familiares. Los paseos que hacía con su papá para acompañarlo en su trabajo cuando hacía recorridas por la provincia. Los carnavales divertidos, las idas al circo, al espectáculo del mago y muchas cosas como ésas.

Todas los relatos que me fue contando parecían salidos de un sueño, ya que reflejaban una hermosa y feliz relación con sus padres y con cada uno de sus hermanos.

Para agregar, la casa tenía todo lo que un chico como el podía desear de acuerdo a sus inclinaciones. Mucho terreno, variados árboles, pileta para nadar, juegos de jardín, caballo, gallinero, perros, conejos, etc. Asimismo estaba implantada en un tranquilo pueblo semirural o tal vez semiurbano en progreso, donde todos los vecinos se conocían entre si, se cuidaban y ayudaban unos a otros como si fuesen de la familia, me decía entusiasmado.

A la única escuela que había nos íbamos caminando, explicaba, y era para nosotros muy divertido asistir. La maestra nos trataba muy bien pero sabía enseñarnos con exigencia, a pesar de que terminaba siendo como amiga de todos nosotros, incluyendo a nuestros padres.

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A un chico cuya primer infancia fue como vivir adentro de una burbuja, nunca se le ocurre pensar que ésta podría pincharse... 


miércoles, 4 de junio de 2014

EL SIEMPRE....





























si tenés Paz

sientes la Eternidad


                                      Lao Paunero