miércoles, 26 de diciembre de 2012

CAPÍTULO FINAL (CATORCE) DE LAS AVENTURAS Y DESVENTURAS DE GREGORIO

Ya te había contado de que a Gregorio lo conocí cuando tenía pasado los noventa años de edad y que a principios del siglo veinte resolvió abrirse camino por su cuenta, ya que necesitaba alejarse de los problemas que parecían tener sus padres, por las frecuentes discusiones que tenían, en las que no quería involucrarse.

Te conté algunas de las aventuras y sufrimientos que fue sobrellevando y lo que éstas sirvieron para forjar su carácter y desarrollar sus propias convicciones.

Al ser honesta su intención, supo vincularse con personas también honestas, lo que le permitió adquirir experiencia de vida afectiva y mostrar buen talento para trabajar y talante para caminar hacia adelante.

Así fue como se casó con Juliana y tuvieron ocho hijos en total, dos mujeres y seis varones, unidos entre muchas otras cosas, por los sufrimientos que ocasionan a cualquier familia ante la pérdida de seres queridos, adversidades de diferente calibre, de salud, de pareja, complejidades que la vida conlleva; pero también muy identificados en un espíritu compartido de alegría  en los encuentros familiares y el gusto aplicado individualmente y en conjunto por la música y el canto; al mismo tiempo que un sinnúmero de pequeños grandes detalles significativos que han forjado la historia de sus vidas y de los que sigan.

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En una ocasión pude participar de una de las grandes reuniones de Gregorio, Juliana, sus ascendientes y descendientes. Te cuento que me conmovió en forma muy particular. Fue en aquella ocasión en la que tomé conciencia de que en realidad yo no le hacía mucha falta a Don Gregorio, sino que mas bien el me daba la oportunidad de conocer algo de su historia en las tantas conversaciones, compartir buenos momentos y aprender mucho de ellas.
También descubrí que lo de ayudarlo con la huerta o arreglar el techo, mas me servía a mi que a el por el gran beneficio espiritual que me significaba, al punto de llegar a ser considerado con el tiempo como uno de mis maestros.

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Juliana falleció cuando Gregorio tenía noventa y cuatro, siendo ocho años menor que el, debido a una severa enfermedad.
Don Gregorio murió a los noventa y nueve muy en Paz,por muerte que podríamos llamar natural, dejando un hermoso legado de obras y mensajes.

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No puedo omitir que su estilo de vida durante muchos años fue una especie de combinación de hombre carismático de saco y corbata, trabajando hasta jubilarse como jefe de la estación y de estilo casi rural ya que se dedicó al cultivo de verduras y cría de animales de granja consumiendo en familia y vendiendo los productos elaborados y obtenidos por el propio esfuerzo, tales como huevos, verduras, frutas, aves para consumo, corderos, lechones, quesos, mieles y otros con la ayuda voluntariosa de Luciana, sus hijos y hasta sus nietos; para de paso poder estar mas cerca de su mujer . Logrando así su principal propósito que era precisamente formar una familia que fuera unida y viviera en paz.
Para cuando lo conocí a Don Gregorio, había compartido sus tierras en parcelas donde aquellos se habían radicado y mantenían las mismas actividades ayudándose unos a otros. Se había reservado solamente  una fracción de un cuarto de hectárea aproximadamente, repartiendo el resto de propiedad entre sus hijos,  ya que a el le sobraba para lo que  podía vigilar a esa edad, de la cual una parte estaba ocupada por frutales cuyos beneficios también compartía hasta con los vecinos.

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Te cuento de paso que la ternura con que se trataban y cuidaban entre si Gregorio y Luciana fue ejemplar y conmovedora.

Solo te he relatado algunos detalles esenciales. Hubo muchos muy fuertes que los fueron templando y forjando, los que en lugar abatirlos, pese a las tormentas, los unieron mas.

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GREGORIO FUE ENTONCES UN TIPO DE SACO Y CORBATA QUE HEREDÓ ALGUNOS TALENTOS DE SUS ANCESTROS PERO SUPO DESARROLLAR SU PROPIO ESTILO DESCUBRIENDO OTRAS CAPACIDADES, ENTRE LAS CUALES ESTABA SU AMOR POR LA NATURALEZA. CON LUCIANA SUPIERON PONER EN SU LUGAR EL ASPECTO ECONÓMICO Y NO SE DEJARON ATRAPAR, LOGRANDO VIVIR A LA MANERA QUE ELLOS QUISIERON Y CUIDANDO DE LOS VALORES QUE CONSIDERARON MAS IMPORTANTES.


nota final: dedico este humilde cuento a todas las personas que
                 de algún modo han sido su inspiración y a los
                 se sientan identificados con el mismo.
                  Gracias a todos por todo......


                                                       lao paunero


                  
                 

martes, 18 de diciembre de 2012

CAPÍTULO TRECE DE GREGORIO

Ni bien se concretó el compromiso matrimonial de Gregorio  y Luciana sucedieron diversos hechos directa o indirectamente relacionados con ello. De los cuales no puedo omitir ninguno, salvo detalles para no extenderme demasiado.
Después de haber viajado a Tandil acompañado de Manuel y concretada la ceremonia y fiesta de bautismo del hijito de Don Pedro y Doña Nolfa, que dicho sea de paso le significó otra inyección de afectividad para su vida; concretaron el casamiento a los tres meses en una capilla cercana y la fiesta la realizaron en el salón grande de la cantina porque fue bastante sencilla y familiar; participaron de ambos eventos todas las personas que te  fui mencionando en esta historia
y alguno que otro pariente y amigo como el mismísimo Carlos Caloggero que  terminó regresando a este país por asuntos de negocios. Fue sencillamente hermosa y trajo con ella algunos valores agregados como que Luisa, la hermana mayor que se había quedado para vestir santos y Don Manuel que estaba viudito y solo,  terminaron casándose al poco tiempo de conocerse en esta circunstancia; a los padres les costó un poco el alejamiento de aquella pero todo se fue arreglando con el tiempo ya que consiguieron a alguien que la reemplazara en sus tareas de la farmacia; "bien vale una misa" dijo el papá en forma metafórica aludiendo a una frase bastante conocida en esos tiempos refiriéndose a que era un buen costo para que su hija fuese feliz.

Nuestros principales protagonistas  viajaron nada menos que en tren hacia la primer ciudad balnearia de la Argentina, conocida como Mar Del Plata, donde consiguieron alojamiento y pasaron una hermosa luna de miel.

Cuando regresaron ocuparon la casa que contentos les cedieron los flamantes suegros, quienes muy a la italiana, la habían construido hacía mucho tiempo "cerca de la familia por si acaso".


Gregorio continuó su trabajo muy eficazmente en la aduana creciendo aun mas en el concepto y prestigio muy bien ganados.
Aceptó formar parte de la sociedad con Manuel y Alfeo aportando capital, conocimientos en lo administrativo, y también trabajando en la atención de los clientes junto a Luciana durante los fines de semana y feriados, que eran las ocasiones en que había mayor concurrencia.Para ese entonces habían logrado poner en marcha dos de los famosos "Cantinobodegones" como les llamaban familiarmente ellos mismos.Empresa muy inspirada y bien ideada como para que con los años fuera creciendo.

En ese tiempo nacieron los dos primeros hijos muy seguiditos, la mayor era una preciosa mujer y el segundo un lindo varón. Ya que estoy te adelanto que con los años llegaron a ser ocho hermanos en total, de los cuales eran dos mujeres y seis varones, quienes con el tiempo, estudiaron y se dedicaron a distintos trabajos y fueron encauzando sus vidas en diversas situaciones y actividades, pero una de las cosas que los identificaba entre ellos, era la inclinación musical, por lo que a pesar de tener talentos compartidos con matices diferentes, muchas veces iban a tocar y cantar en conjunto en los mismos negocios de la familia y en otros lugares, cosa que favoreció grandemente la unión entre ellos. Produciendo gran alegría también a los cuatro abuelos, que de algún modo siempre participaban de la algarabía de los espectáculos musicales y encuentros familiares.


Durante los tres años que continuaron en Buenos Aires, Gregorio mantuvo las mismas ocupaciones, pero tenía que viajar muy seguido en tren a Villa Brille para controlar la construcción que había iniciado en la parcela de seis hectáreas que ya estaba pagada en su totalidad y a un buen precio, con la finalidad de mudarse definitivamente a ese lugar. Lo cual como es obvio, le costaría bastante desapego a los padres de Luciana, no solamente por ésta, sino porque consideraban a este muchacho como si fuera un verdadero hijo, al mismo tiempo que les resultaba difícil alejarse un poco de los dos primeros nietos, que eran, como dije, una nena la mayor y un varón hasta ese momento. Pero Gregorio y Luciana pensaban que sería beneficioso para poder evitar que sus hijos fueran educados sin las intervenciones excesivas de sus abuelos que estaban un poco sobrecargados, sobre todo la abuela Catalina que se veía obligada a cuidarlos para que Luciana pudiese atender en la Cantina sin poderse dedicar a la cocina que era lo que mas le gustaba hacer.

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Nuestro amigo con su gran temperamento y circunstancias vividas, había forjado un carácter firme junto a su esposa, con ideas claras sobre la vida que querían llevar y la que deseaban brindarles a sus hijos.

Resultaba claro que había obtenido una buena cosecha de frutos  durante todos estos años. Por un lado Gregorio asumía que era una persona educada "de saco y corbata" con buen carisma para el trato con las personas y capacidad de conducción y organización. Por otro lado no deseaba descuidar su faceta descubierta durante estos años de aventura, que revelaba su gusto por la naturaleza y el deseo de vivir en contacto con la misma y un poco bastante de lo que ésta les podría brindar.

Entonces eligieron vivir asi no precisamente para ganar mas dinero, por eso es que cuando llegó el momento de irse vendió su parte de la sociedad a Carlos Caloggero, quien se interesó muy gustoso por las buenas perspectivas que el negocio ofrecía resultando ser un eficaz aporte para la empresa, a la vez que Gregorio pudo obtener una suma interesante de dinero que le sirvió para concretar mejor aún sus propósitos.


Casualmente en esos dias, se encontró con la sorpresa de que el dueño de la pensión, ese señor amable, bajito pero algo robusto, lo fue a buscar para decirle que había llegado una nueva correspondencia a la estafeta  postal. 
Cuando la fue a retirar no pudo dejar de sorprenderse porque se trataba de una carta de aquél guarda de tren que había conocido durante su viaje de regreso después de haber estado con sus padres,  de ascendencia polaca llamado Tomasz Kowalski, donde le decía que necesitaba hablar con el. Dejó de sorprenderle cuando recordó que era muy posible que necesitara ayuda para algún pariente que vendría a la Argentina, tal como lo había pensado en aquella oportunidad en que le solicitó sus datos personales.....


Pero lo que este señor hizo, fue ofrecerle el puesto de Jefe de la Estación de Villa Brille que estaba revistiendo para ese entonces mucha importancia. Cobraría un sueldo casi igual al percibido en su ocupación habitual y continuaría haciendo aportes jubilatorios. Asi fue como entendió porque era que con tanto interés  había tomado sus datos personales y la forma de conectarse con el. Evidentemente este señor mayor tenía toda la sabiduría de los años bien aprovechados y estaba muy relacionado con las autoridades de Ferrocarriles.

Gregorio previamente lo compartió con  Luciana y luego aceptó sin dudar, dándose cuenta ambos esposos que todo cuadraba con sus planes y que era misterioso pero evidente como todo parecía guiado desde el Cielo......




nota: en la próxima semana daré a conocer el final de esta historia acompañado de otros interesantes detalles....

                   muchas gracias

                                  lao paunero


martes, 11 de diciembre de 2012

CAPÍTULO DOCE DE GREGORIO

Al otro dia de volver del reencuentro con sus padres y quedarse dormido en la bañera, recién a la noche se pudo enterar de cual era el contenido de la carta que le habría anunciado el dueño de la pensión. Traía en ella una gran noticia, y era que doña Nolfa había dado a luz un sano varón al que le querían poner su nombre por el afecto que le habían tomado y le pedían que fuese el padrino. El bautismo se haría en la capilla de la Villa Don Bosco.
Por supuesto que Gregorio les respondió muy entusiasmado favorablemente pero, haciéndose la salvedad de que habría que acomodar la fecha de ese nuevo viaje a Tandil a sus posibilidades, a las  que analizaría ni bien le resultase posible.

Al dia siguiente ocurre otro suceso, el cual quienes han leido con atención ya lo vienen intuyendo.....

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Don Manuel, cuando Gregorio pasó a almorzar, lo estaba esperando con un rico guiso de lentejas a la española y frutas frescas de postre,finalizando con un vaso de vino tinto muy especial y un buen café.Cuando ya se encontraba degustando dicho vaso y de sobremesa, Manuel le propuso que lo acompañara a la cantina por la noche para hablar con Alfeo de negocios importantes, de los que ya le había hablado en otra ocasión y que daba por descontado a el también le interesaría participar en ellos.

Asi fue que siendo la noche viajaron en un mateo rumbo a la cantina, carro con caballos muy elegante que hacía como de taxi de paseo por aquellos tiempos. Ocasión que Don Manuel aprovechó para ratificarle que su intención era abrir algunos bodegones en las orillas del Río de La Plata y que deseaba que entre los tres unieran sus esfuerzos en ese proyecto, tomando en cuenta la amistad, capacidad y solvencia con que contaban.

Pero Gregorio sospechaba de que también habían otros segundos propósitos en esta visita a Don Alfeo....

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Ni bien llegaron, allí estaba Luciana  mas linda y resplandeciente que nunca por la emoción que reflejaba con el encuentro, la que sin perder tiempo le preguntó enseguida si se encontraba enojado con ella y porqué era que no había vuelto a verla nunca mas. Todos sabemos que por aquellos tiempos le resultaba muy dificil o casi imposible a una mujer adoptar esta actitud ante un hombre, pero parecía ser como que las papas estaban quemando y no se debía perder la oportunidad de este momento tal vez irrepetible.Para cuestiones como éstas, no hay nada que supere al instinto femenino.
En realidad parecía que nuestro protagonista no tenía mucha argumentación para dar una explicación porque no había habido entre ambos ningún intercambio de palabras que diera como para fundamentar un alejamiento tan drástico.

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Todo había sido una cadena de interpretaciones apresuradas de nuestro joven, pero en realidad había actuado en consecuencia a como se habían dado los hechos, pero por lo visto había actuado muy subjetivamente.

Algunos dicen por ahí, que el hombre parece ser un poco miedoso para cuando llega el momento de decidirse en cuestiones del amor y que suele andarse con rodeos hasta que finalmente resuelve dar el paso.

Por un lado Carlos Caloggero había venido a la Argentina buscando hacer negocios porque de ello se ocupaba y contaba con experiencia y capital suficiente, y como éste pais se presentaba interesante para ello....
El hecho de que fueran comprometidos con Luciana fue puramente ocasional, ésta era muy pequeña en esa oportunidad y todo había sido un arreglo de familia que ambos habían decidido disolver ni bien se produjo la visita reciente...
No hubo ni besos, ni caricias, ni nada, se encargó de aclarar efusiva y dignamente la linda italianita, ante la mirada celosa de Gregorio.
Sus familias se habían conocido por el hecho de convivir en la misma aldea lo cual implicaba un alto contenido de localismo y alguna especie de sentimiento de pertenencia como si fueran algo así como "de la misma familia"....
Era lógico y natural por aquellos tiempos que estas cosas de parejas por compromisos sucediesen....
Pero no sentían nada de amor el uno por el otro y el rompimiento de la relación formal no implicó ningún deshonor para ninguno de los dos ni a sus familias....

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La carta que le había mandado Luciana se refería precisamente a un amoroso reclamo, que le explicaba claramente  que "no habría fiesta, ni ceremonia de casamiento con Carlos Caloggero, ya que ni remotamente ella habría tenido esa intención porque el compromiso había sido cuestión de familias,  era muy pequeña y  se encontraba esperándolo para que se continuaran frecuentando como hasta ahora"

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Ante todo ésto la buena de Catalina le dijo que desde que el se había ido, al ver que pasaban los dias y no regresaba, "Luciana no paraba de andar llorando por los cuatro rincones completamente desconsolada"

Gregorio sintiendo que el corazón se le saltaba pero manteniendo su postura de hombría muy resuelto por fuera, pero temblando por dentro, tomó de las manos a la niña y mirando fijamente a los ojos de Don Alfeo le solicitó su formal autorización de noviazgo con fines matrimoniales a lo que éste le contestó textualmente : "era hora que te decidieras filio mio" 

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Las lágrimas se hicieron risas...abundaron besos y abrazos entre todos....con efusividad muy italiana.

Don Manuel mientras se reía con una gran carcajada hasta reventar muy española, adicionó un pícaro comentario de "ya cayó el chivo en el lazo" que produjo un silencio por segundos, acompañado inmediatamente por nuevas y estruendosas carcajadas... 

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recomendación:
                           no te pierdas los últimos capítulos de esta interesante historia.Que tal vez, a pesar de ser muy común quiere transmitir profundos contenidos. Si desean enviarme nuevas críticas les estoy muy agradecido porque aprendo de todos ustedes.

                           muchas gracias
                            lao paunero


viernes, 7 de diciembre de 2012

(capítulo once) AVENTURAS Y DESVENTURAS DE GREGORIO

Después de haberse encontrado con sus padres y hermana mayor, y de haber permanecido con ellos casi ocho dias. El espíritu de Gregorio había crecido mucho mas de lo imaginable. Tenía gracias a ello la mente mas despejada que nunca. Era como haberse extraido un grande y molesto incordio del cuerpo. A lo que se sumó el hecho de haber encontrado un caudal afectivo que hasta ahora le era desconocido. Había ingresado, podría decirse, a otra dimensión, lo cual le proporcionaba una visión mas acertada para sus próximas futuras decisiones. Sentía que sus próximos pasos se encontraban ordenados encadenadamente como si fueran fichas de un dominó bien jugado. Sin lugar a dudas, ese fue el paso que le ocasionó mayor maduración. Ahi comprendió con profundidad aquel consejo de Don Alfeo cuando le dijo: "en la vida tené que salir de primero de un charco para depué pensar en el otro" y de Don Manuel cuando le dijo: "hombre, empieza por el callo que mas te duele". Pero también comprendió que durante el resto de su existir lo acompañarían una sucesión de charcos y  callos que con seguridad tendrían importantes razones de ser.


Sabemos que toda despedida trae de la mano un regreso, lo cual genera la expectativa de una bienvenida.  Ésto a su vez desarrolla un proceso interior sumamente importante en casos como éste. Te despides de donde te recibieron y te reciben de donde te despidieron. Tienen éstas vivencias, una gran implicancia sobre la afectividad y la seguridad en uno mismo.


Aún asi sobrevolaban sobre Gregorio pájaros de nuevas dudas. Sin abundar agrego aquí, que dudar es de inteligencia bien aplicada.
Intuía que le faltaban piezas que ordenar y que emergiera algún otro acicate para seguir adelante su caminar.

Como no tenía ganas de pensar demasiado se fue al vagón comedor y pidió un chopp de una cerveza tirada muy rica y un sandwich de pan francés bien grande, rellenado con jamón crudo y queso; tanto como para alimentarse bien y a su gusto.

Como era el mediodía del domingo, viajaba poca gente y el guarda elegantemente vestido con su uniforme, se tomó la confianza de darle lata y como a Gregorio no le molestaba, se terminó sentándo frente a el haciéndole todo un desfile de preguntas. Le venía bien la compañía porque necesitaba distraerse precisamente. Al enterarse que era funcionario de la Aduana le solicitó respetuosamente le proveyera de su nombre y una dirección postal; ante ello le indicó la Estafeta Nro.3 de Buenos Aires, ya que quedaba cerca de la pensión donde su dueño habia quedado en avisarle cada vez que llegara correspondencia a su nombre, aunque hasta ahora nunca se había dado esa situación.
No puso objeción por ese pedido, porque como el guarda era de origen polaco, supuso que seguramente tomaba la precaución de conservar sus datos por algún familiar que ingresase al pais y necesitara algo de orientación, le pareció muy natural.

Siendo horas de la tarde y a pleno sol, muy calurosa para ser noviembre, con la tradicional pegajosidad de esa zona sobre la camisa, compró una longaniza, fruta y pan por el camino a la pensión, en la cual entró directo pensando en darse un buen baño.
Diciéndose a si mismo, que iba a "desensillar hasta que aclare", frase adquirida en su convivencia con los parroquianos de la Estancia de Paysandú. Queriendo decir despojarse de los bártulos, comer,refrescarse, dormir y reordenar tranquilo sus próximos pasos. 

Es curioso como a las personas se nos van pegando las expresiones que adoptamos en distintas circunstancias en las que vamos conviviendo.Esas expresiones  -reflexionaba exageradamente nuestro amigo- son tantas como palabras tiene el diccionario. Con seguridad  su interior iba creciendo mucho mas que en las frases que utilizaría en su vida, pero éstas terminan siendo como ventanitas del alma cuando uno las ha incorporado como si fueran propias.

Mientras se estaba bañando muy relajado comenzó a imaginar como si su existencia fuese un escenario donde aparecían las distintas personas a las que estaba mas ligado hasta que se quedó dormido en la bañera.

Soñaba que estaban las personas de la estancia, desde el Gringo hasta toda la peonada; las de la Granja de Tandil, donde aparecía entre otras,  Doña Nolfa con un bebé en brazos, Don Pedro y los tres otros hijos de ambos; luego Don Irazábal, Don Manuel y Don Alfeo con  su esposa Doña Pascualina, que asi se llamaba, era muy buena mujer y se destacaba como gran cocinera.
Iban caminando en procesión, pero adelante de todo estaba Luisa en su bicicleta, detrás de ella los papás de Gregorio tomados del brazo; luego Don Manuel llevando un estandarte con un sol dibujado.Atrás de la fila estaban Benancio el hijo del viejo cacique Tehuelche, montado en un caballo de hermoso color azabache con una larga crin y a su izquierda estaba Gregorio cabalgando al paso con el tobiano y  llevando en ancas a Luciana que lo rodeaba con sus brazos con cara de contenta. Al final de todo iban un montón de perros moviendo la cola simpáticamente.

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Entonces despertó sobresaltado por los golpes que daba en la puerta del baño el dueño de la pensión que era un señor muy bajito pero gordo vestido habitualmente con un pantalón que le bailaba en el cuerpo, sostenido por tiradores muy anchos.
Llamaba asustado y con cierta energía porque hacía como una hora y media que Gregorio no salía, pensando en que le podría haber pasado algo. Desde afuera no se podía abrir porque tenía una traba del lado de adentro. Entonces éste se levantó medio dormido y abrió envuelto en un tohallón para ver que era lo que sucedía. Vuelta la calma, le avisó de paso que casualmente, había correspondencia a su nombre en la estafeta postal.  

martes, 4 de diciembre de 2012

SIGUEN LAS AVENTURAS (capítulo diez)

amigos: para entender esta historia es recomendable pegarle una lectura rápida a los capítulos anteriores. Gracias por todo
                                                                                             LAO PAUNERO




Gregorio  decidió  reencontrarse con sus padres después de haber transcurrido cinco años desde que se fuera en busca de nuevos caminos para alejarse de paso de los conflictos familiares.
Luego de enfrentarse con la aparente realidad de que Juliana ya estaba casada con Carlos Caloggero. Resolvió saltar el segundo charco que sería nada menos que ir a la búsqueda de sus raíces.

Después de dormir profundamente y tomar esta decisión, cuando fue a la Aduana para cumplir con su trabajo habitual, solicitó a Don Irazabal hablar en privado.
Este era una persona bastante seria en los asuntos laborales pero lo escuchó detenidamente en sus argumentaciones y le concedió la autorización para que desde el dia siguiente, que resultaba ser sábado, se tomase una licencia extraordinaria -que compensaría con horas extras- para reintegrarse el otro lunes; o sea que dispondría de casi nueve días para tratar de lograr satisfactoriamente este  objetivo.

Al día  siguiente muy temprano emprendió el viaje para la Ciudad de La Plata en ferrocarril. Desayunó en el vagón comedor y ocupó un asiento para no fumadores durante el trayecto.

La verdad es que viajar en uno de estos trenes ingleses,  era la primera vez que lo hacía y resultó ser  una grata y deslumbrante experiencia, que ignoraba por completo  que con el tiempo se constituiría en algo rutinario para él. Y tampoco sabía que iba a hacerse de muchos amigos en futuros trayectos. En esa época, hacer este viaje era entretenido y por mucho una gran ocasión para conocer otra  gente. Pero no quiero desviarme del tema central que nos ocupa. El asunto es que por el momento le sirvió para olvidarse un poco de sus preocupaciones.
Es que se le ocurría pensar en que el era demasiado serio para tomarse la vida como lo hacía, siendo para ello bastante joven no parecía ser común. Pero  debía asumir que tenía esa característica muy propia de su personalidad y 
muy programada en su matriz, la que por mas que quisiera , no la podría cambiar.

Ahora su mente estaba enfocada en el propósito de encontrarse con sus padres. Y lo presionaban una gran carga de amargura y temor a la vez, progresivos a medida que se iba acercando a destino.

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La vieja casa en la que vivió su infancia y parte de su juventud estaba habitada por extraños y muy reformada, a pesar de que el alma de otros tiempos continuaba allí y de que estaban casi todos los árboles en que se trepaba y el gran pino junto a la enorme  araucaria             
estaban intactos solamente que mas viejos, aunque ésto es un decir, ya que a los árboles no se les nota demasiado el paso de los años como sucede con las personas  y debe ser asi porque la vida de los primeros es mucho mas larga. No puedo dejar de mencionar el gran impacto emocional que le produjo pasar por allí junto con la vaciedad extraña que hizo sentir el hecho de ver la casa vendida por los viejos  sin entender las razones que los llevó a tomar esa decisión. Estos platos fuertes no suelen ser bien digeridos por un hijo, sobre todo cuando tuvo que tomar distancia por necesidad de no involucrarse en las reyertas de pareja de los propios padres, ni en sus decisiones, ya que  por ellos como  lo dije en otra ocasión tenía mucho amor y respeto,  lo cual como también lo había dicho con otras palabras, le producía  paz de conciencia gracias a esa misma actitud que siempre había adoptado y que le había dado la libertad interior como para poder decidir su alejamiento.Pero, he de hacer notar que pasar por éstos lugares le causaban hasta temblor en las piernas y le costaba mucho cumplir con esos pasos ineludibles.
Los ocupantes de la casa, no conocían a sus papás, ni tampoco sabían acerca del paradero de éstos.

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Fue también a la farmacia  pero descubrió que  eran otros sus dueños y que tampoco sabían mucho para informarle,  ya que la habían adquirido a través de un intermediario por lo que no llegaron a conocerse. Se encontraba casi en el mismo estado en que la recordaba, solo que no tan cuidada y prolija como siempre lo estuvo, acorde con la manera ordenada de ser de su papá . 
Le desfilaban distintas ideas funestas y su angustia iba en aumento, pensando en lo que podría haber sucedido.

Como todavía no era el mediodía, se tiró el lance improvisado de acercarse a la escuela donde siempre había ejercido su mamá como directora. Sabía que era una idea un tanto loca porque siendo sábado era muy raro que encontrase a persona alguna en el lugar. Pero venía a ser lo que se dice un manotazo de ahogado, un último intento un poco desesperado. Cuando ya se encontraba decepcionado y pensando en el regreso, se encontró con el edificio de la vieja escuela con puertas y ventanas completamente cerradas. Y cuando se dispuso a emprender el regreso se escuchó un ruido y se asomó Don Ramón el viejo portero que a su vez era  cuidador del edificio y vivía en el lugar. Lo reconoció enseguida y éste fue muy amable con Gregorio brindándole la información que necesitaba. Adivinándose  por su reacción que por lo menos su madre estaba viva.
Recorrieron juntos el viejo registro de firmas que había en el archivo del establecimiento, de donde se extrajo muy claramente que estaba jubilada desde hacía dos años y que su domicilio actual se encontraba en un pueblito, conocido como Villa Brille ubicado a unos veinte kilómetros en dirección a la capital y emplazado en las inmediaciones de una nueva estación de trenes.
De su padre y hermanos no podía deducir nada hasta el momento, lo único seguro era que su viejita estaba viva.

Un verdulero que había ido a buscar provisiones para su negocio en el Nuevo Mercado Regional, lo llevó en su carro con caballos de tiro hasta la villa, dejándolo en la misma estación, donde preguntó a un canillita, el que supo enseguida como orientarlo porque su padres resultaban ser muy conocidos en el lugar.
Sabiendo entonces que los dos se encontraban vivos, muy contento entonces llegó enseguida a una pequeña y recién  construida casa con jardín y un local donde funcionaba la primera y única farmacia del pueblito. Lo recibieron con gran escándalo por la gran alegría que tenían de verlo. Las diferencias observables en ellos era que estaban un poco mas viejos pero mucho mas felices.Lágrimas y risas sumadas al querer hablarse y preguntarse todo al mismo tiempo suelen conformar un excelente cóctel en los casos como éstos. Su papá  
irradiaba felicidad y se sentía como pato en el agua en su casa y en su trabajo. Hay que hacer la salvedad de que en aquellos tiempos los farmacéuticos eran mas bien boticarios, ya que muchos de los medicamentos debían ser preparados con las propias manos, ocupando en consecuencia un lugar reconocido ante los vecinos. La otra gran sorpresa fue que Luisa, su hermana mayor vivía con ellos y se había quedado solterita  para vestir santos como se dice, pero estaba contenta, constituida en un apoyo fundamental en todos los sentidos y entre otras tareas andaba por la villa en una de las pocas bicicletas  que había en la zona repartiendo remedios y dando inyecciones a los clientes, que por cierto eran bastantes y había que recorrer grandes distancias. La mayoría de las bicicletas igualmente que los trenes y otras cosas, eran inglesas y de muy  buena calidad, de color negro y equipadas con luces a dínamo, canásto, inflador, timbre y carterita de cuero para las herramientas, parches y pegamento.

Fueron unos dias maravillosos, llenos de cosas para contarse y sobremesas para compartir. No solamente no hubo nada de reproche mutuo sino que había una demostración de afecto tras la otra como nunca la habían tenido. No te puedo contar lo que significó para nuestro joven aventurero ver a sus padres tan felices. Sus cinco hermanos se habían ido abriéndo camino en la vida para un lado y para el otro, "uno pal norte y el otro pal sur" tal cual decía una de sus canciones que con el tiempo nuestro amigo cantaría con su guitarra de la que nunca se desapegaría como si fuera su amante fiel.

Como broche de oro de este viaje, tuvo la feliz idea de pagar la seña de una gran fracción de tierra de unas seis hectáreas por donde pasaba un arroyo y había muchos árboles añejos y un antigúo molino estilo holandés en impecables condiciones de conservación, ubicada en la zona de quintas de Villa Brille emplazada del otro lado de la estación y a unas veinte cuadras de distancia, cuya inspiración surgió por un comentario que salió de la boca del verdulero Don Milano, hombre práctico,  de trabajo y luchador, que por intuición le suministro los contactos antes que se bajara del carro.

Esos casi ocho días que duró esta visita, lo hizo sentirse totalmente renovado y  que tal vez  habría sido el charco mas importante que hubo de pasar hasta el momento.

La despedida no fue como las anteriores, ya que se sentía en el aire el afecto cultivado a pasos gigantes y lo mas concreto era que no se encontraban tan lejos y podrían verse bastante seguido. El cariño demostrado por sus padres y por Luisa le llenaron todo lo que no había logrado con ellos hasta ahora. Los abrazos y besos fueron por demás emotivos.

Cabe aquí la reflexión de que precisamente para crecer en el amor no deben existir cuestionamientos del uno hacia el otro porque sería tirar todo abajo y nada construiría entonces.

Los bríos que esta vivencia desarrolló en nuestro amigo no hay páginas ni letras que puedan expresarlo.


Con el tiempo se notaría lo importante que fue este encuentro en la vida de Gregorio, el que como valor agregado, traía con ello, la  instintivo racional decisión de haber comprado la fracción de tierra. 

                            

martes, 27 de noviembre de 2012

CRECIMIENTO

Uno de los factores para ser mas feliz es entender que el único competidor real somos nosotros mismos. 
Debemos ganarle al que fuimos hace un ratito.
                              gracias por leer         
   
                                        lao paunero

martes, 20 de noviembre de 2012

(capítulo nueve) AVENTURAS Y DESVENTURAS DE DON GREGORIO

cuando leemos o nos cuentan una historia, queremos que tenga un final cien por ciento feliz. Que el príncipe se case con la princesa y que vivan para siempre.
Es natural que sea así y también que lo deseemos para nuestra propia vida.

Por otro lado sabemos que todo no suele cumplirse como lo anhelamos, por  aquello de "una de cal y otra de arena". A ésto no lo acostumbramos entender ni aceptar con plenitud aunque vamos intuyendo  que tiene una misteriosa razón de ser.

Pero si nos llegamos a enterar  que un relato podría tener un desenlace triste muchas veces escapamos leerlo o escucharlo.
También ello es natural según lo pienso, y tal vez ser así hace que nuestra existencia tenga mayor sustento.

A medida que recorremos el tiempo, asumimos con mayor realismo que la vida es el día nuestro de cada día, tal como se va presentando y sacándole buen jugo a esa naranja.
Completamos entonces los baches tristes y los rellenamos con la fantasía, el humor y otros rebusques que nuestra esencia nos provee.


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A Gregorio le fueron ocurriendo muchas cosas, de las unas y de las otras como a cualquier hijo de vecino.Hubo tantos sucesos que el mismo me fue contando, que no me alcanzarían estas páginas y tal vez abusaría de tu tiempo en relatarlos a todos. Por lo tanto voy a tratar de enfocarme en los puntos mas importantes, pero no podré obviar algunos de los pequeños detalles o comentarios al margen que me parecen significativos.

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Estábamos en aquel día en que Gregorio le había avisado a Don Manuel que no concurriría a cenar, ya que a la salida del trabajo, lo primero que hizo fue pasar por la pensión pensando en leer la carta de Luciana antes de irse para la cantina.
Revisó todas sus pertenencias, especialmente las que se encontraban en el bolso marinero. No hubiera podido encontrarla de no ser por su fino olfato y el perfume del sobre. Estaba todo arrugado en el fondo de aquel saco.
Entonces lo abrió rápidamente y extrajo una hoja toda borroneada por la humedad del suelo. Solamente pudo entender algunas palabras que pudieron notarse, tales como "fiesta", "ceremonia", "casamiento", "Caloggero" y al pie, la frase "te espero, Luciana"; imaginó que el contenido de la carta no era otra cosa que la corroboración de lo que ya había pensado , o sea que lo que le estaba anunciando era "que lo esperaba en la fiesta y ceremonia del casamiento con Carlos Caloggero".
Ésto le cayó como un balde de agua fría pensando que el hecho de que el perfume entonces había sido circuntancial, a pesar de que le había alimentado una duda sobre que aun ella mantendría vivo su amor por el   y "¡encima este Manuel!" lo impulsó a engordar el caudal de fantasía.
 Pero por lo menos, entendió luego de tranquilizarse un poco, que encontrarse con la carta le había servido para "afrontar la realidad" y que era normal  que le sucediera,"dado que como se presentaron las cosas, a cualquiera le pudo haber pasado lo mismo", pensó.

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De todas maneras tenía un gran enriedo en la cabeza y angustia en el corazón.Como era muy tarde , suspendió toda idea de ir a la cantina, igualmente entendió que no tendría sentido hacerlo. Se dio un baño y se tiró a dormir pensando en que ya habría pasado el primer charco y ahora debería decidir cual sería el próximo, aunque casi no se dio tiempo para mucha reflexión para poder entender claramente que el segundo tendría que ser encontrarse con sus padres y que tal vez por allí rondaba el meollo mas importante que afrontar y que ello le ayudaría a borrar el resabio de ilusión que le había quedado con Juliana....

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miércoles, 14 de noviembre de 2012

AVENTURAS Y DESVENTURAS DE GREGORIO (capítulo ocho)

Llegó a ser tan grande mi amistad con Don Gregorio y fueron tantos los momentos compartidos que se hicieron callo en mi memoria y recurrentes en mis reflexiones durante toda la vida.

Como ya te había contado, lo visitaba casi diariamente cuando el era un anciano. A la mañana temprano o a la tardecita se repetía el ritual de compartir unos mates amargos, un rato de charla y en repetidas ocasiones yo le tendía una mano de ayuda en lo que necesitase, como subir al techo para hacer algún arreglo, atenderle la huerta y otros menesteres. Pero cuando  tenía tiempo me quedaba a escuchar sus historias, a las que solía repetir una y otra vez; pero a mi no solamente no me cansaba escucharlas nuevamente, sino que siempre les encontraba detalles nuevos que incluso me daban muchas enseñanzas para mi propia vida. Creo que nunca he tenido un intercambio tan intenso y aleccionados como en las conversaciones de Don Gregorio al que nunca podré olvidar. 

Habían pasado tantos años desde aquél viaje a Tandil.

Recordarás que gran parte de esta historia comenzó cuando Gregorio siendo muy joven impulsado por sus ideales de búsqueda de rumbo y la necesidad de tomar distancia con respecto a su  familia, entonces resolvió alejarse para encontrar caminos y respuestas. Inicialmente acostumbrado a un estilo de traje y corbata  trabajó durante mucho tiempo en una estancia de Paysandú, Uruguay, conoció entonces un estilo de vida muy diferente al que estaba acostumbrado pero comprobó que se podía adaptar fácilmente y  que le quedaba a medida; regresó de nuevo al Puerto de Buenos Aires e hizo de peón en un circo donde pierde su caballo sin encontrar explicación, justo en los dias en que consiguió un trabajo fijo y lugar donde dormir y alimentarse en una cantina italiana que regenteaba Don Alfeo con cuya hija Luciana se inició una mutua simpatia que terminó en romance; recordarás entonces que, encontrándose en la cantina conoce al señor Irazabal, un hombre vestido muy formal que le toma una prueba y le ofrece un trabajo en la Aduana, donde Gregorio pone a prueba toda su capacidad para el desempeño de su labor y don de  gentes. Fue entonces que Don Manuel, dueño de un bodegón que conoció casualmente al buscar donde almorzar, ya que le quedaba de paso entre su trabajo y la pensión en que se hospedaba, le ofrece viajar a Tandil.
Gregorio aprendió tantas cosas en estos dias que le hicieron tomar conciencia de sus propias capacidades, desarrollarse en ellas, tratando cotidianamente con diferentes inmigrantes. Pero lo mas importante fue su evolución interior, tomando progresiva conciencia del lazo con sus padres y desarrollándose en consecuencia la necesidad de verlos. Mientras tanto tuvo que cargar sobre sus hombros muchos sufrimientos, entre ellos, la decepción de que justo cuando iba a encontrarse con Luciana para dar un paso mas serio en la relación con ella,  había llegado de Italia Carlos Caloggero, el prometido de ésta para matrimoniarse.
Se alejó de la Cantina y a partir de entonces no volvió a verse con esta italianita, solamente vio a sus padres en ocasión de despedirlos antes del viaje, quedándose con la idea de que estarían organizándose para la boda.
Mientras estaba en la Granja Doña Nolfa, recibió un sobre perfumado que la joven le había enviado y que éste guardó sin abrir en el fondo de su bolso marinero olvidándose de su existencia porque daba por supuesto de que era una carta que le avisaría de la ceremonia y festejo del casamiento, y por descontado de que no iba a poder asistir a dichos eventos por su viaje a la granja del primo de Don Manuel localizada en un paraje llamado Tandil. 

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Estábamos entonces en aquella etapa de grandes confusiones y planteos en Gregorio.
Hacía una semana que había vuelto del viaje y, obviamente regresado a su trabajo. 
Diariamente almorzaba y cenaba en el Bodegón con la condición de que Don Manuel le cobrase, lo cual a esta altura de la relación no lo quería hacer, recordemos incluso su propuesta pendiente de que fueran socios. Le había dicho..."¡hombre somos amigos!" "¡no quiero que me pagues!"; ante lo que Gregorio le respondió que ..."con mayor razón es que pienso pagarte".
Esos detalles de educación, fueron los que entre otros aspectos, lo hacían un ser respetado y querible por quienes lo trataban.

Es que en realidad, es de verdadera amistad el valorar el trabajo del otro. Esta es una cuestión que no todos la comprenden con claridad y que algunos de hacen que no comprenden sacando ventaja a una relación fingida.

Otras de las características que tenía, era que sabía escuchar  un consejo siempre que le fuera dado con respeto...

Así fue como Don Manuel con cierta sabiduría y afecto le dijo un dia "mira que si un dia te encuentras enredao en tus pensamientos, lo que tienes que hacer es empezar por el callo que mas te duele", ésto lo hizo asociar con lo que le habría dicho Don Alfeo cuando lo vio muy confudido justamente en la ocasión en que el Señor Irazabal le habría ofrecido el trabajo... "amici en la vida       
tené que salir primero de un charco para depué pensar en el otro"

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Esa noche estaba acostado en la pieza de la pensión mirando hacia el techo y se le cruzaban esos dos consejos, de esas dos personas tan significativas como lo eran Don Manuel y Don Alfeo. Se durmió pensando y preguntándose "¿cual será el callo que mas me duele? ¿cual es el primer charco que debo pasar?"

También se le pasaba la idea sobre "¿que le aconsejarían sus padres sobre ésto?". Pero se daba cuenta de que mucho caso no tenía tal planteo, porque nunca habían sido de darle consejos explícitos al menos. Pero como los amaba tanto, los justificaba diciéndose que seguramente sus razones tendrían para ser así y en consecuencia no los juzgaba para nada.

Es evidente que, aunque no se diera cuenta, los dones reflejados en su actitud ante sus padres, de algún lado los habría recibido ¿no?

Se le cerraron los ojos del cansancio y lo atrapó Morfeo tan pesadamente como aquella vez en la que había estado tirado en la entrada de la estancia de Paysandú.

Se durmió muy profundo soñando todo el tiempo con la linda y simpática Italianita. Hasta bailaron tarantela y todo.

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Por la mañana se despertó sobresaltado porque era la hora de su trabajo y ahora que era director mas todavía porque debía dar el ejemplo, aunque siempre había sido cumplidor.

A la hora del almuerzo cuando fue al bodegón, en el momento en que Manuel se sentó en su mesa le exclamó " ¡ya descubrí cual es el callo!", ante lo que el gallego largó una fuerte carcajada recordando  sus propias palabras.
Luego le hizo el comentario de que no iría a cenar esa noche y Manuel con una amplia sonrisa le dijo "¡pues eso ya lo sabía, hombre!"

sábado, 10 de noviembre de 2012

AVENTURAS Y DESVENTURAS DE GREGORIO (capítulo siete)

Así fue entonces como fueron pasando esos largos días en Tandil. Divertidos y con grandes e inesperadas experiencias para Gregorio, como también el haberse hecho de nuevas amistades.

Pero lo cierto era también que en su intimidad se iba desarrollando  una cierta nostalgia que nunca había experimentado a ese nivel. Pero Manuel y Pedro, estaban muy curtidos con la experiencia del desarraigo y sin que el lo notara lo comprendían y lo sabían tratar con gran delicadeza y sabiduría. De sus bocas no salían comentarios y ni siquiera se miraban entre ellos con respecto a estas cuestiones,le tenían un enorme respeto que era hábito muy cultivado en ellos, pero  se podía adivinar que lo seguían muy de cerca en sus sentimientos.

Como llenaba el dia muy bien ocupado se distraía bastante hasta que llegada la  noche se le acentuaba la tristeza y  sensación de ganas de volver a sus raíces, a pesar de no darse cuenta del todo de esos padeceres. En ocasiones como éstas es la vida la que suele sacudirnos de algún modo para que despertemos.

Olvidaba decirte que desde que llegaron a la granja, Don Manuel enviaba y recibía correspondencia semanalmente desde Buenos Aires, con la intención de controlar el bodegón y otros negocios . También por ese medio, habían mandado una carta a Don Irazabal el jefe de la Aduana para avisarle con tiempo suficiente de la intención de quedarse los tres meses ofrecidos.

En uno de los envíos, había llegado la sorpresa de un sobre perfumado cuyo remitente era nada menos que  Luciana la italianita de la Cantina; claro está, los padres de ella habrían tomado debida nota de la dirección cuando se fueron a despedir: Granja Doña Nolfa, paraje de la Cascada Grande, inmediaciones de la Villa Don Bosco, Partido de Tandil, Provincia de Buenos Aires. Esa carta inesperada hizo palpitar a Gregorio durante unos instantes, pero de manera rápida decidió dejarla cerrada y guardada en el fondo del bolso marinero diciéndose que seguramente era para participarle del casamiento, por lo que ni siquiera quizo abrirla. Con el pasar de los días dejó archivado el asunto en un recóndito escondite de su memoria. A tal punto que se olvidó casi completamente, ya que aunque tuviera la intención de ir a saludar a los novios y compartir con ellos lo que seguramente sería una gran celebración y fiesta, su viaje se lo impedía. Manuel muy respetuoso no le dijo ni mu del asunto.

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Pero como se suele decir vulgarmente, todo lo que empieza termina. Eso por supuesto que a todos les daba tristeza. Pero la noche antes de la partida, para contrarrestar  la amargura que  suelen 
 tener estas situaciones, hicieron una fiesta muy alegre y musiquera.

La despedida, como se habrá de suponer fue de abrazos  y promesas de volverse a  ver y de que les enviarían novedades a los viajeros, ni bien diera a luz Nolfa, la mujer de Don Pedro, porque faltaba un mes para que ello ocurriera si los cálculos no fallaban; pero todos sabían que pasaría mucho tiempo para verse de nuevo y era preferible pensar asi para no tener que sufrir. Y por sobre todo, ninguno de los grandes era tan fuerte como para soportar ver llorar a los chicos, esos intuitivos del futuro por naturaleza; para ellos es que Gregorio dejó algunos regalos hechos por sus manos y unos dulces que había traido de La Capital. 

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Subieron a  la carreta que los iría a llevar de regreso. Era diferente ya que contaba con  dos caballos para reemplazo y dos ruedas de repuesto  y de mejor calidad ya  que eran reforzadas y también se notaba a las claras que el conductor era mucho mas baqueano que el de la ida. Y como comentario al margen te digo que esta vez no había ayudante. Entonces extrañaremos la diarrea  dijo Manuel riendo a carcajadas, despertando el entusiasmo de Gregorio logrando dibujarle alguna que otra risa e iluminándolo a tiempo como a una vela que estaba por apagarse.

No obstante, enseguida estuvieron en silencio durante gran parte del viaje y ninguno de los dos miraba para atrás.

Al tiempo les dio un poco de hambre y disfrutaron del jamón serrano, acompañado con pan de leña y vino de miel convidando desde luego al carretero.

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Lo que nunca supe entender, es porqué los regresos son mucho mas cortos que los viajes de ida, al menos eso parece. Sin embargo, en algunos aspectos es como leer un libro , ver una película o una pintura por segunda vez; encontramos muchos nuevos detalles, pero de cualquier modo el tiempo corre mucho mas rápido. Aunque no creo que éste pueda cuantificarse si lo calculamos por el lado desde el ángulo interior.

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Hay momentos para hablar poco y meditar mucho.

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 Las personas temperamentales y creativas como Gregorio, curiosas y buscadoras de respuestas, ya que todo les produce  nuevos interrogantes. Muchas veces se pasan de pensar y está bien que dudar sea conveniente, pero exagerar con ello no es bueno porque también se  suelen  equivocar por ello.

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Hay etapas de la vida en que parecen abrirse todas las puertas juntas. Una y otra, una y otra,y  una y otra.
Y si al temperamento se suma que la persona en cuestión tiene mucha estampa y a su vez carisma para vincularse y caer bien a los otros, se suman mas puertas y mas anchas aún.   

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Se podría decir que Gregorio se encontraba sin darse cuenta, en  el punto mas neurálgico y esencial de su vida.
Estaba por definir sus rumbos mas importantes y lo criterios que lo conducirían en adelante.


"La vida es una cosa seria que requiere de decisiones valientes y de saber improvisar calculando que suelen presentarse imprevistos", recordó repentinamente esas palabras que le había dicho su papá, a pesar de que no acostumbraba a hablar mucho, además de no haber tenido o buscado quizás ocasiones para ello. Sin embargo la distancia y el tiempo suele hacer maravillas con los lazos afectivos.


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Hay momentos especiales en la vida, en los que se combina el instinto con la razón y que sumados a la circunstancias debemos aventurar decisiones y jugarnos por un acierto con margen de error. Esos factores cierran una ecuación definitiva y definitoria que dentro de una vida, marcan una historia.

Gregorio era consciente de todo ésto y tendría entonces varios asuntos que arreglar. Y algunas decisiones esenciales que tomar. Hizo entonces como si pusiera esas cuestiones sobre la mesa, como si se tratara de un rompecabezas. Digo asi, porque Gregorio asi era, puramente práctico por un lado e imaginativo por el otro.

Por una parte Don Irazabal, su jefe, le propuso obtener la jerarquía de Director y los aprendices, entre otros, serían sus subalternos, ya que estaban bastante prácticos en la tarea y ello se debía a la orientación y ejemplo que nuestro personaje les había proporcionado.

Por otro lado Don Manuel quería que fuera su socio, dado la confianza que le había tomado por su capacidad tanto en cocina y negocio, como en su don de  gentes en lo que el mismo se sentía superado. Su idea era abrir nuevos bodegones en la zona de La Boca, inmediata al Puerto de Buenos Aires. Se trataba de un negocio con grandes y tentadoras perspectivas.

Tampoco estaba para descartar la propuesta de Benancio, el hijo del viejo cacique tehuelche, de viajar y radicarse en La Patagonia, donde residían sus familiares, quienes si bien mantenían muchas tradiciones aborígenes que a Gregorio lo seducían, no eran ya una tribu propiamente dicha.Tenían muchas posibilidades al alcance de la mano, de heredar una gran fracción de tierras para dedicarse a la cría de ganado ovino de primer nivel, tanto para consumo como obtención de lanas de calidad y extracción de un bien muy preciado que le llaman lanolina según le había explicado. Esta propuesta lo hacía dudar mucho porque el solo hecho de trabajar en el campo lo tentaba muchísimo.

Pero no podía sacarse la idea de sus padres, de saber como estaban y  si necesitaban o no de su presencia.
 Golpeaban en su mente y corazón permanentemente y en aumento debido al afecto que sentia por ellos y la necesidad de verlos.Obviamente que la distancia produce estos efectos con las personas a las que se quieren. A pesar de que  recién cuando nos encontramos tomamos conciencia aún mas de la magnitud de estos sentimientos.

Menos mal que decía que los regresos son mas rápidos. Pero en esta historia queda demostrado que a pesar de ser asi, también es un tiempo mas cabedor a juzgar por el cúmulo de ideas que corrían por Gregorio.

Asimismo cuando faltaba poco para llegar, Manuel le lanzó un consejo con todos los riesgos que implica jugarse por un amigo. Fue algo asi como si lo hiciera despertar de un sueño o le adivinase su interior mucho mas que el mismo muchacho.....¡date una pasada por la cantina hombre!

Igualmente un cúmulo de dudas lo torturaban ya que muchas veces somos contradictorios y parecemos resistirnos a "tomar el toro por las astas"


                  

lunes, 29 de octubre de 2012

AVENTURAS Y DESVENTURAS DE GREGORIO (capítulo seis)

Después de tanto camino recorrido con sus complejidades y diversiones, llegaron por fin al campo de Pedro, el primo de Manuel; a ésta altura, los que estamos leyendo esta historia, le hemos tomado tanta confianza que lo llamamos Manuel a secas, sin el "Don". 

El pequeño inconveniente es que estaba oscureciendo y de nuevo llovía torrencialmente. Pero los dos primos se abrazaron tan fuerte que parecía que uno de los dos se iba a romper. Se veía entre ambos un lazo mas allá de la sangre; es que la historia compartida junto a la  patria añorada suelen producir efectos como éste; reflexionaba Gregorio. Estas son cosas que se experimentan cuando estamos muy lejos de nuestro suelo y si se lo tuvo que dejar por alguna circunstancia forzada, ni que hablar sobre el punto. Definitivamente en estas situaciones, patria e historia compartida, suelen trascender la sangre misma. 

No te voy a negar que con estas meditaciones se le sumaban nuevos remolinos en su interior, los que terminaban haciéndolo pensar mucho en sus padres; a pesar de que había elegido irse por propia voluntad, un poco la situación familiar lo presionaba.Pero como tampoco podía borrarse a Luciana, ipso facto se la sacaba de la cabeza como a las moscas, porque se decía a si mismo que tenía que convencerse de que las posibilidades con ella habían terminado y que no debía fantasear con ello porque se pondría triste. Pero los recuerdos de sus padres eran casi permanentes y oficialmente admitidos por el circuito de sus neuronas, ya que cada vez que se le cruzaban, desde ahora se ponía contento con ello porque su actitud había evolucionado ya que cuando los extrañaba sentía  que estaban junto a el, que de algún modo lo acompañaban.  


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Una vez el abrazo de Manuel y su primo, se hicieron las presentaciones del caso. Este tenía una esposa nativa argentina de pura cepa, y los tres hijos de ambos,  el mayor tenía diez años, luego unos ocho y una nena de aproximadamente seis años. Ella estaba embarazada de cinco meses, según relataban con orgullo.

Gregorio enseguida fue integrado e ingresado inmediatamente por esta familia, los peones y los perros, como ya es tradición en este cuento, porque como otras veces le había sucedido, el hecho de tener un corazón sencillo hacía que fácilmente se le unieran  quienes eran como él. 

Rodeado y aceptado por los perros y los chicos, después de que los primeros cumplieran el olfateo que les requiere su protocolo habitual y con el torbellino natural de  preguntas que suelen hacer los niños de ambientes sanos para testear a las personas por instinto, en el caso de que les haya entrado en confianza. Al instante se le produjo un dejà vú y tuvo la rara sensación de haber estado otras veces allí y simultáneamente sintió como si se conocieran desde hace mucho.

La parte central de la propiedad, o sea la casa hecha con piedras, el aljibe, el corral, el chiquero, el gallinero, la parra, los frutales, el horno a leña, la huerta y etcétera, se encontraban emplazados en una gran hoya; se adivinaba que habían elegido intencionalmente ese sitio  para protección ante los vientos y los fríos o calores extremos. Tal es así que  por ejemplo que podían plantar algunas hortalizas aún  durante el invierno. A su vez contaban con una cerca de maderas para cuidado de las plantas y otros detalles muy interesantes, como el enorme mortero milenario al lado de la vivienda principal, hecho por los indios y que ellos usaban con orgullo.

Bajaba desde las sierras circundantes una cascada que aumentaba o disminuía  su caudal, según hubiera llovido o nevado. Dicha agua era acumulada en una especie de enorme cisterna  construida con piedras, que al mismo tiempo se utilizaba para beber las personas y los animales, lavar utensilios y ropa y  para riego, regulada por diferentes salidas que abrían o cerraban mediante una piedra gastada a medida. El precioso líquido era  transparente y límpido como nunca había visto nuestro amigo personaje de esta historia.

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Nunca hubiera creido que el tiempo pudiera durar tanto cuando se lo vive intensamente. Se levantaba muy temprano y pudo vivir experiencias únicas para el hasta entonces. Por ejemplo le emocionaba ver a los cabritos de diferente tamaño y multicolores bajar desde las alturas; zorros, liebres y ñandúes, correteando por diferentes lugares, entre otras criaturas.


Una de sus experiencias extremas para su sensible personalidad fue quedarse solo en la inmensidad de las alturas de una de las sierras y poder contemplar el abismo. No dijo nada a los demás, pero ésta situación lo llevó a llorar profundamente ante la grandeza y quedarse pensando conmovido en esa medida.

La otra que le impactó  fue mirar ese cielo de noche, tan oscuro con estrellas tan brillantes, algunas eran fugaces como la vida misma , pensaba, y por otro lado eternas, se decía. Su imaginación le hizo tomar conciencia de  que ese cielo era el  que unía las miradas de tanta gente de todo el planeta y que también era exactamente el que habrían mirado personas que habitaron hace millones de años y que si todo marcha bien en la humanidad, llegaría a ser el que se verá en el futuro hasta la eternidad. 

Gregorio hacía salidas cada tanto, que  le hacían pensar en la intriga de lo que la  vida le tendría reservado para el mañana, o en que sería capaz de hacer con ella. La vida, ese inmenso tesoro que le habían dado a través de sus padres. Es que desde su infancia sus pensamientos eran como de adulto y ahora estaban mas intensificados. Y merodeados por sus ellos casi todo el tiempo.


Como ya era su costumbre por las noches tocaba la guitarra alrededor de un fuego para calentarse, adonde todos se acercaban para pasar un buen rato, ya que no quedaban afuera de este  ritual ni siquiera los perros, que por supuesto  lo habían integrado a la manada. Ya no eran solamente canciones  nostálgicas porque  también entonaban alegres melodías, algunas que aportaban los mismos que lo acompañaban .En ocasiones dejaban la música para compartir historias que también los chicos escuchaban. La cuestión era transmitir alegría;  Gregorio había crecido en ese sentido, aunque no podía dejar de entreverse un poco de su tristeza. Pero como dije que  había evolucionado, se ponía en el lugar de quienes estaban con el, que sabían mucho mas de desarraigo.

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Olvidaba decirte que ni bien bajaron de la carreta, a pesar de la lluvia resolvieron quedarse los tres meses en ese lugar embobados  por lo mágico del entorno y lo sencilla que eran esas personas, refiriéndome no solo a Pedro y su familia sino también a los tres peones que vivían alli. Los que gustosamente compartieron la habitación con los dos visitantes. Uno era un criollo perseguido y culpado por error como cuatrero; otro era hijo de un viejo cacique tehuelche que había venido desde el sur del país cuyo nombre era Benancio y el otro era un italiano que había perdido a toda su parentela en un naufragio. Sus edades promediaban mas o menos en los treinta creo y definitivamente eran muy alegres y sanamente fiesteros; se adivinaba facilmente que la vida se  los había enseñado. Dicho sea de paso, Benancio le explicó al detalle como es que se debe domar un potro hablándole al oido y quitándole las cosquillas por medio de caricias, ampliando sus conocimientos sobre los equinos que tanto le gustaban y homenajeando con sus recuerdos al viejo tobiano. Para que te voy a decir que cosas como éstas lo dejaban a Gregorio como acariciando el cielo.

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Como era tanto lo que le gustaba trabajar, casi todo el tiempo estaba ocupado en algo útil, pero no le pareció conveniente destacarse demasiado, ya que pensaba con inteligencia que lo bueno era no incomodar y dejar que los demás lo incorporaran por propia iniciativa y con comodidad.

 Cortaba leña, limpiaba el gallinero, ayudaba en la cocina, barría  del patio la arenilla que venía con el viento y tantas otras cosas domésticas que hicieran falta. Pero absolutamente todo lo hacía por que se lo habían pedido o permitido los dueños de casa.

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Son dificiles de enumerar las distintas cosas que aprendió de Pedro y los peones, al mismo tiempo de quedar sorprendido con lo mucho que sabía hacer Manuel. Entre tantas cosas le enseñaron a ordeñar, hacer queso, jamón serrano, bondiolas y longanizas,trabajar con la huerta, hasta extraer la miel, cosechar la uva y  las nociones básicas para hacer el vino; y como gran novedad,  a detectar la proximidad de las tormentas por medio del artefacto de radio. 

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Un detalle a tener en cuenta es que Gregorio no mostraba lágrimas ni emociones profundas,  dado que así le habían inculcado vaya uno a saber porqué. Esa enseñanza se fundaba en un pensamiento de su padre de que para ser hombre no se debía demostrar debilidad y eso era entonces lo que hacía. Esta fue en su vida  una consigna que  llevó siempre consigo.....

martes, 23 de octubre de 2012

AVENTURAS Y DESVENTURAS DE GREGORIO (capítulo cinco)

Habiéndose enterado sorpresivamente que Luciana tenía un novio en Italia, llamado Caloggero y recién llegado a la Argentina para casarse con ella por un compromiso previo. Gregorio, arrebatadamente según su joven edad, se fue entonces de la cantina antes de lo acostumbrado saludando con buenos modos y como era lógico, sin hacer mayores comentarios se despidió diciendo que tendría que levantarse muy temprano.

La verdad es que se fue para la pensión pateando tachos por el camino, porque era  tanta su bronca que le costó mucho apaciguarse.

Se le cruzaban muchas imágenes y porqué negarlo, sentimientos de angustia y desesperación. Fue dándose cuenta de que en realidad hay que ser un poco mas decidido y no esperar tanto en las cuestiones del cuore. Pero también se había apresurado en retirarse tan pronto de la cantina, sin darse cuenta de lo que estaba haciendo. Pero en fin, así son las cosas de los sentimientos, los que muchas veces nos hacen jugarretas que las ignoramos a tal punto, que se encuentran ante nuestras narices sin que nos demos cuenta de ello.

Esa noche como es lógico durmió muy mal, moviéndose todo el tiempo en la cama y soñando tanto dormido como despierto. Tal es asi que siendo la madrugada lo invadieron nuevos pensamientos que lo impulsaban a borrar las amarguras.

Es muy propio de los jóvenes temperamentales la recuperación rápida, o por lo menos el buscar refugios en otras ideas como para intentar olvidarse, cosa que no pudo lograr del todo, ya que en adelante y muy seguido, Luciana aparecería en sus sueños y rondaría por su mente.  Volvió a valerse de su guitarra para cantar canciones tristonas para llenar la nostalgia y  la  confusión, a la cual se sumaban esa mujercita encantadora en primer lugar, además de otros tantos recuerdos.

Comenzó a pensar entonces en que es lo que necesitaría para un nuevo cambio en su situación. A pesar de que   el trabajo en la aduana le había brindado mucha experiencia  y  satisfacción, a cambio de dar un buen servicio lo cual lo hacía muy feliz, descubriendo al fin de que en realidad no era muy ambicioso y  que eso era un aspecto de uno, que recién empieza a entenderlo y descu brirlo cuando el dinero se haya mas al alcance de las posibilidades . Entonces, como era muy austero y de pocas necesidades y pretensiones, fue guardando casi sin querer bastante plata, lo cual  lo impulsó a tomar la decisión de que "mañana mismo" durante la hora de descanso, pondría en el banco todo lo que disponía y "vería en que utilizarla a su debido tiempo". A partir de entonces y durante toda su vida, adoptó esa costumbre de ahorrar, lo cual le fue facilitando el tomar decisiones importantes o afrontar situaciones inesperadas. Conservaba solamente  lo indispensable para cubrir sus necesidades básicas o para darse algún gusto para el o para una persona querida que la vida le fue presentando.

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Pasaron unos tres meses desde lo ocurrido con la italianita y no había regresado a la cantina. Y resultó que en el trabajo le ofrecieron vacaciones pagas durante un mes, prorrogables por otros dos pero sin salario en ésta última opción, a condición que se mantuviera en contacto con la oficina. Esto serviría a que dos nuevos aprendices practicaran en su lugar, que en gran parte habían sido adiestrados por el y, en ese caso les vendría bien, reflexionó.

 Se podría decir que fue por casualidad que un día almorzando en el bodegón, Manuel el gallego cuando lo vio, le dijo con tono eufórico y alegre que "cuando termines quiero hablar contigo". Ese día le había servido una de esas ricas tortillas que solamente los españoles saben hacer, acompañada de ensalada de verduras y luego  de postre, unos ricos pasteles dulces. 

Habiendo terminado de comer ,   se acercó Manuel a la mesa sirviéndole practicamente de prepo una copa de buen Jerez  además de no aceptarle cobro alguno por el consumo de esa ocasión; inmediatamente mirándolo fijamente le propuso que lo acompañara a visitar a su primo José radicado en Tandil, "el que te conté  que tiene la granja", de lo que Gregorio se acordaba perfectamente, ya que le había despertado mucho interés  debido a su motivación por las cosas de la naturaleza;  aceptó la propuesta sin chistar, ya que parecía que era lo que justamente estaba necesitando hacer. El bodegón quedaría al cuidado de otro primo proveniente también de la mismísima España. Don Manuel no tenía muchas ataduras debido a su condición de viudez y falta de hijos que cuidar.


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Tuvo una semana para organizarse para el viaje y lo pudo hacer coincidir con sus vacaciones gracias al buen concepto que  había sabido ganar y la presencia de los principiantes. Ante ello, don Irazabal su jefe, le dijo que teniendo  en cuenta  la distancia, ante cualquier cosa era conveniente que  por lo menos le enviase un telegrama o una carta por correo.

Como Gregorio era bien educado resolvió entonces  ir a  despedirse de Luciana y lo hizo enseguida, aunque como ésta no se encontraba, saludó a  sus padres, quienes le comentaron que tardaría en regresar porque había ido en compañía de Caloggero a realizar unas compras al centro, haciéndole  pensar en consecuencia que estarían organizándose para la boda; les encargó sus saludos para ella y como gesto de buen gusto les pidió que le dieran aquél pañuelo bordado con el nombre de ella  como un regalo de su parte. Sus padres lo tomaron con naturalidad y simpleza, saludándolo con mucho afecto y expresando que estaban muy contentos de que hubiera ido a saludarlos. Era lógico que tuvieran ese sentimiento porque no había regresado desde aquel entonces y le guardaban mucho afecto.  Se veía muy claro la sabiduría de éstos para manejarse en situaciones donde los sentimientos son sus protagonistas. Don Manuel lo había acompañado en esta visita por pedido suyo, resultando entonces mas llevadera la situación . Pero como éste era muy discreto, actuó como si no se diera cuenta de nada.

Cuando llegó el dia del viaje, apareció éste en la pensión a la madrugada  con una carreta de cuatro caballos. El ayudante del conductor tomó todos los bártulos de Gregorio y los amarró muy fuerte en la parte superior. Entre los cuales, estaba toda su ropa y objetos personales dentro de la bolsa marinera que aun conservaba y por separado la guitarra, que terminó siendo su compañera inseparable desde que el dueño de la estancia de Paysandú se la obsequiara. 

Su ropa de trabajo había quedado bien  resguardada en la misma pensión, donde no tuvieron inconvenientes en reservarle la habitación sin costo alguno, dado que era considerado un funcionario público, lo cual implicaba en aquellos tiempos contar con un gran respeto a lo que se sumaba su probo estilo de ser que tenía naturalmente.

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Gran parte del viaje se hizo bajo la lluvia y sobre camino barroso y pedregoso. Pero el entusiasmo de ambos era tan grande que superaron fácilmente toda adversidad y se divertían como chicos. Manuel era de muy buen talante y espíritu alegre.

El trayecto fue sinuoso, ondulante y en ascenso cada vez mayor, en la  medida que se iban acercando a las sierras. Tuvieron que hacer cinco paradas, en dos de las cuales pernoctaron en casas de piedra muy bajas. Sus ocupantes eran familias sencillas y muy hospitalarias que se dedicaban a la cría de cabras principalmente. Les explicaron que la altura de las viviendas era para soportar el viento . Dormían las cabras con ellos para que se mantuviese calentito  porque  eran los meses de pleno invierno, a pesar de que a Gregorio y Manuel los hacía sentir un tanto incómodos,  lo tomaron como aventura, sabiendo que con el tiempo se reirían de ello.

En todas las paradas que hicieron se les daba de beber a los equinos , se los lavaba y se les ponía en condiciones las patas delanteras y traseras. Además estas amables personas les proporcionaban en cada parada ,leche, queso de Cabra y pan horneado a leña  para que pudieran continuar el viaje a gusto y con calorías suficientes.

Las únicas dificultades imprevistas que tuvieron fueron además de la lluvia y una rueda que hubo que arreglar porque casi se salió del carruaje, fue la diarrea persistente que le agarró al ayudante del carretero luego de la segunda parada, que los obligó a demorarse bastante y tener que detenerse varias veces durante unos minutos como para que éste pudiera ir corriendo entre los yuyos para hacer lo suyo a los costados del camino con viento a favor y a cierta distancia, no fuera el caso de que salpicara la carreta, decía ellos bromeando. Dicha cagadera fue atribuida a las cinco tazas de te de piperita que se había bebido. Mientras tanto  debatían por el camino si el nombre correcto no era piperina y creo que tenía razón Gregorio que era quien defendía esta última expresión. Aunque por otro lado pensaban que habría bebido alguna otra hierba que le habrían dado como broma pesada, teoría sustentada por Don Manuel. Fue entonces que se llevaron ambas dudas como mochila del trayecto, las que nunca quedaron aclaradas definitivamente. Quien permaneció callado y con risa contenida, sin omitir opinión , posiblemente para no alterar al ayudante, fue el carretero.

Sin embargo cuando paso un rato largo y mucho trecho recorrido,  no pudieron evitar reirse durante casi todo el resto del viaje, incluido el mismo acompañante......

sábado, 13 de octubre de 2012

AVENTURAS Y DESVENTURAS DE GREGORIO (capítulo cuatro)

 De buenas a primeras proveyeron a Gregorio de ropa adecuada para la función que iba a desempeñar en la aduana. Se sentía como que había vuelto un poco a sus raíces ya que tenía que vestir de traje y corbata, dado las formalidades de esas épocas. Y tan elegante como era naturalmente, debía sentarse ante un lujoso escritorio durante ocho horas por dia atendiendo filas de personas que llegaban al Puerto de Buenos Aires provenientes de distintos países, aunque casi todos eran europeos.

El tener que entrevistar a españoles salvo excepciones, no le traían mayores dificultades debido al lenguaje, pero gradualmente se le iba complicando cuando se trataba de italianos, yugoslavos, alemanes, polacos y otras nacionalidades.Pero la realidad es que le causaba gran satisfacción y fue mucho lo que aprendió de todas las personas que llegaban, dándose cuenta que era mucho mas esfuerzo para ellos, el haber tenido que dejar su pais que el suyo por haberse alejado de la familia. Ésto le produjo gran remolino interior y le hacía reflexionar. 

Básicamente su trabajo consistía en anotar en un gran libro, los nombres de éstas personas junto a los miembros del grupo familiar con quienes venían. Lo que le costaba mas en general, era anotar sobre todo los apellidos, porque había algunos que no sabían escribir y obviamente les costaba expresarlo por el idioma, además de que en muchos casos los documentos que traían estaban borrosos o demasiado ajados. Pero como su don de gentes era tan grande, heredado  tal vez; junto a su buena predisposición, hacía que se facilitaran las cosas; adquiriendo con la práctica mayor habilidad . Por otro lado, las órdenes que había recibido, era que debía agilizar el todo por el todo, el ingreso de estos honorables y bien recibidos inmigrantes. Los cuales compartían un mismo objetivo, que era el de poder radicarse, lo cual implicaba conseguir un techo y un trabajo inmediato para  luego, con el tiempo lograr mayor estabilidad, dependiendo ello de la capacidad, vinculaciones, posición social y, principalmente, de la buena suerte.Hago notar aquí, que muchas veces, en los casos en que eran familias numerosas, sus miembros se veían obligados a separarse, por lo menos al comienzo, porque se les hacía mas complicado el lograr ubicación, ello doblaba el esfuerzo y  sacrificio.

No voy a negar, que ya estando dentro del país, habían algunas malas personas oportunistas que los querían engañar ofreciéndoles tentadoras alternativas, pero eran muy pocos los que caían en esas trampas. Es justo decir que, entre los que venían al país, venía algún pícaro mezclado entre ellos. 

La mayoría  de ellos se ayudaban mutuamente, haciendo frente común y compartiendo los recursos que tuvieran a su alcance,  fueran o no de la misma nacionalidad, aunque lo natural era que en principio se ayudasen los connacionales. El hecho concreto es que, al compartir la misma situación, aunque no se hubiesen conocido desde antes, los hacía sentirse  como hermanos , por lo menos al principio, hasta organizarse; pero en la mayoría perduraba la relación aunque pasasen años sin verse.

La tarea de Gregorio allí terminaba, pero no podía dejar de tratar de entender en profundidad a estas personas, aunque las mismas tal vez  no se diesen cuenta de ello.

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La pensión la consiguió fácilmente, aunque tuvo que compartir la habitación con cinco personas mas, durmiendo en camas cuchetas. También el baño era de uso compartido y esa era la parte mas difícil. Había una mesa y cocina para uso común, pero casi nunca tuvo que utilizarla. El trato con estas personas se circunscribía a buenos días...buenas noches, ya que como norma no escrita acostumbraban a no hablarse o preguntarse cosas entre ellos, lo cual resguardaba un poco la privacidad que Gregorio deseaba, por lo tanto le venía bien que así fuera.

A trabajar comenzaba a las ocho horas, con un intervalo para descanso de trece a dieciséis, lo cual le daba tiempo para ir a bañarse y almorzar en un bodegón que quedaba muy cerca y pertenecía a un señor gallego llamado Manuel, con quien de a poco  tomó confianza y se quedaba rutinariamente charlando hasta minutos antes de volver al trabajo. Éste se mostraba encantado por la manera en que Gregorio gozaba de sus pucheros, pescados y otros ricos platos que los españoles saben muy bien hacer.

El desayuno y la merienda se lo daban en el trabajo, mientras atendía al público. El horario de salida era a las veinte horas, a pesar de estar cansado, en forma casi regular se dirigía a la cantina a comer y a reir un rato, donde muchas veces no le querían ni cobrar teniendo en cuenta el vínculo de mutua simpatía que se había desarrollado.

Luciana, la italianita, lo hacía trasladarse a otra dimensión, lo cual era como un bálsamo de fantasías que tanto bien le inducía a una personalidad bastante acostumbrada a la introversión como la de Gregorio. Lo hacía reir mucho y a disfrutar con su belleza y naturalidad en el modo de ser, al mismo tiempo que a esa altura se deslizaban alguna que otra caricia. Aparentemente, los padres de ella, no ponían objeción alguna a esta amistad o posible romance. No intervenían, pero parecían estar a la expectativa de un posible desenlace. Ésto influyó grandemente en nuestro personaje para que ni pensara en alejarse de la zona.

Aún así, cuando le llegaba la hora de dormirse, se le continuaban cruzando por su mente los recuerdos familiares, especialmente de sus padres. 

En los sueños se le combinaban imágenes de la italianita, sus padres, el tobiano, los equilibristas, la tarantela y tantas otras cosas, que al despertarse no recordaba.

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El trabajo de la aduana le fue resultando con el tiempo, como es lógico, un tanto rutinario, pero como su mente y su corazón volaban por otros lados, a pesar de no distraerse para el cumplimiento de su tarea, no le afectaba para nada, al menos por ahora, como el mismo reflexionaba. En cierto modo, se podía decir que estaba contento y no se planteaba nuevas decisiones por el momento.

Don Manuel, el dueño del bodegón donde almorzaba, resultó ser muy dado a la charla y, habíéndole tomado afecto y confianza, le contaba historias de su tierra muy apasionadamente, haciéndole pasar el tiempo muy entretenido hasta tener que llegaba la hora de regresar al trabajo. Lo cual le divertía e interesaba mucho a Gregorio. Entre otras cosas le compartió que su primo José se había radicado en un lugar llamado Tandil, que estaba en el centro mismo de la provincia donde había logrado instalar una granja y, estaba muy claro que los temas vinculados con la cría de animales y cultivo de verduras particularmente, le atrapaban mucho el interés y su atención, a tal punto que en alguna que otra oportunidad casi llegó tarde a la aduana, para la cual salía corriendo porque eso si, era muy responsable.


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Trancurrió un año de desempeño en la aduana y nuestro joven, se había prácticamente profesionalizado en sus responsabilidades, ganando un excelente concepto.

Por otro lado, a esa altura, ya los padres de Luciana parecía como que los consideraban a ambos practicamente novios a pesar de que entre ellos  aun no se había hablado claro sobre el tema. Salían  a pasear todos los fines de semana y circulaba algún besito que otro entre los dos y ya era costumbre que compartieran en familia la mesa de los domingos.

Un viernes por la noche, Gregorio iba hacia la cantina con serios planes de hablar claro con su italianita y definir la relación, habiéndole perdido para ese entonces, el temor al compromiso, como solía ocurrirles en aquellos tiempos a algunos  hombres jóvenes que se encontraban tras la búsqueda de su libertad. En lugar de flores, le compró un pañuelito  bordado a mano que le entregaría en la ocasión.  Lo que creía tener muy presente era que los padres de ésta apoyarían con agrado la relación, por lo tanto estaba dispuesto a ir directamente al grano y con todas las formalidades que el caso requería.

A medida que iba llegando, los latidos se iban acelerando al ritmo de sus pasos ligeros.

Cuando entró en la cantina tuvo que guardarse el discurso para otro carnaval, porque allí estaba Luciana, que muy contenta y sin rubor alguno le presentó con aparente entusiasmo a quien sería su novio comprometido desde hacía años, recién llegado de Italia.

Obligadamente tuvo que mantener un trato amable, cenó con todos como ya era costumbre pero ni te cuento lo mal que le cayó la comida, porque las consecuencias fueron muy desagradables.

Se despidió con cortesía y dignidad, mas temprano que de costumbre, argumentando  que ese día había tenido mucho trabajo y necesitaba dormir......