ESTRELLAS FUGACES (cuento para leer despacio)

      (adhesión a relatos de los jueves, salido de las normas)                  


                        











Allá por el año 3013 se convocó a una convención, cuyo lugar de realización era La Gran Esfera, dentro de la cual habían millares de duendes grises con barbas blancas y una gran cabezota sobre los hombros, comandados por el Superjefe, que era delgado y alto, con larguísimos bigotes que llegaban hasta sus pies, tanto, que tenía que poner mucha atención para no tropezar con ellos pisándolos y caerse desde tan alto como alto era.

El Superjefe y los millares de duendes constituían el Gran Consejo Pensante de la Vía Láctea, atendiendo  muchos asuntos de gran importancia.

Sin embargo, el Sol de La Tierra fue ésta vez quien tomó la iniciativa y por el se convocó a esta convención de los no muy convencidos duendes grises de barbas blancas y gran cabezota, comandados por el Superjefe de la larguísima barba y tan alto que se mareaba al mirar para abajo.

Reunidos entonces, adentro de La Gran Esfera, el Sol de La Tierra les planteó la gran preocupación de no saber que hacer con las estrellas rebeldes.

Tomó la palabra La Luna de La Tierra y puso paños fríos a la discusión que se armó generando gran inquietud, gracias a su natural modo conciliador sugiriendo convocar a las estrellas para entrevistarlas y poder evaluar de ese modo la razón de la rebeldía.

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La propuesta de la Luna de la Tierra fue aceptada luego de largo debate y de inmediato, la  noticia de la decisión tomada por la Convención se desparramó por casi toda La Creación. A tal punto que muchas estrellas fugaces se dieron a la fuga, no fuera cosa que resultaran castigadas como se suele decir...sin comerla ni beberla.

Ante ello, el Sol se puso muy rojo y elevó su temperatura a diez veces mas de lo habitual por el hecho de sentir vergüenza ajena por estas actitudes y la Luna empalideció por miedo a que se produjera La Gran Hecatombe Universal, en la que morirían muchas víctimas inocentes, aunque hasta entonces  había sucedido una sola vez tamaño acontecimiento, por lo que eran escasas las posibilidades de que volviese a pasar, pero como era muy sensible y asustadiza, quedó presa de pánico a pesar de todo.

A consecuencia de estos hechos, La Convención estaba sumamente desbordada en sus debates y con grandes riesgos de que apareciese el Gran Caos, famoso por los desastres que era capaz de ocasionar sin que se llegara a enojar , produciendo un desorden total entre los elementos del Universo, lo cual llevaría unos cuantos años luz para reordenarse. Es que tenía la función de mantener el equilibrio por lo que con una simple y propia  determinación lo llevaría a producir lo contrario.

Se armó tal cuchicheo entre los duendes que no se podía escuchar lo que se decía, hasta que se encendieron de pronto las Luces Intermitentes Encandilantes Tapaullantes. Sistema de alarma archiconocido desde hacía millones de años que solamente se accionaba automáticamente cuando el Gran Caos estaba a punto de estallar, justamente establecido por la Diosa Natura para que no se cayera en ese extremo dentro lo posible.

Fue así que se produzco un gran silencio, un enorme e inexplicable silencio desde y hasta todos los puntos menos imaginados del Universo. ¡Jamás de los jamases se había escuchado un silencio tal!. Un silencio que alteraba los nervios del mas tranquilo o del mas nervioso, generando un temor muy dificil de dominar...

Está muy bien sabido que los extremos son necesarios para que se tomen las medidas inevitables para lograr un cambio y no caer en el desastre...

También es muy conocido, que la desesperación es igualmente peligrosa...

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Fue precisamente en ese instante en que llegó a la Convención la mas pequeña estrella del Universo. Que por ser tan pequeña no se veía, y como no se veía, nadie se había percatado de su ausencia.

Gracias a ese gran silencio pudieron notar su presencia, debido a que ella, la mas pequeña estrella pidió la palabra, gritando muy fuerte para lograr ser escuchada.

La reacción inmediata de todos los miembros fue de gran hostilidad hacia ella la mas bella estrella del Universo, lo cual al no verla tampoco se le notaba y prácticamente era  desconocida y por esa misma razón nadie se daba cuenta de que era tan linda.  

No obstante como gran conciliadora, intervino la Luna de la Tierra, la cual a pesar de ser muy dulce, se puso tan enérgica que hizo callar hasta al mismísimo Sol de la Tierra, que estaba muy enojado por la gran osadía de la pequeñita. La cual logró entonces que todos los presentes, a pesar de no ser vista, agudizaran sus oídos para escuchar lo que quería decir, hasta que los que pusieron realmente atención, comenzaron a percibir su luz, que terminó siendo mas perceptible y fuerte de lo que a simple vista parecía...

Te puedo asegurar que nadie absolutamente nadie en toda la historia de la historia desde la mismísima Creación, había logrado hasta ese instante que le prestasen atención de esa manera.

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Tomando coraje la pequeña estrellita asumió la representación de todas sus compañeras y explicó al Gran Consejo y a todos los presentes que las estrellas no estaban enojadas ni rebeladas, sino que las invadía un gran estado de tristeza que no podían superar y que eso las exponía a no poder brillar nunca mas y para toda la Eternidad.

Al preguntarle la Luna cual era la razón por la cual no iban a poder brillar nunca mas, la estrella chiquita le dijo que eso era porque ya no tenían mas destinatarios para sus luces.

Al insistir la Luna para que les explicase porque era que no tenían mas a quienes brindarles la luminosidad, dijo entonces la estrellita que era porque ya no estaban naciendo mas niños en el Planeta Tierra.

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Como la situación no tenía solución, el Gran Caos estaba cada vez mas mucho mas a punto de estallar, las Luces Intermitentes Encandilantes Tapaullantes ya no soportaban mas la situación llegando al límite de sus posibilidades de aguante y hasta los mismos Duendes formaban filas para arrojarse al vacío y cantidad de otros innumerables encadenados desastres mas se irían produciendo uno tras otro y uno tras otro...

Todos comentaban que se estaba por entrar al Final de los Finales, lo cual no tendría solución alguna...

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De pronto la pequeña estrellita se armó de coraje y con voz muy fuerte exclamó que ella ¡nunca se apagaría! que estaba dispuesta a seguir brillando  aun en contra de sus propias posibilidades...

Ante tal osadía se despertó la Diosa Envidia y todos fueron invadidos por el deseo de destruir a la estrellita. Invocaron la presencia del único duende malo llamado Gran Apagón para que definitivamente quitara la luz de la pequeña, ya que nunca ha habido alguien tan malo como el, que a su vez no soportaba ver feliz o reirse a nadie...Su enojo haría que en ese preciso momento  
La Gran Energía desapareciese para siempre.

La estrellita, de los nervios que tenía comenzó a tentarse de la risa y como la risa es contagiosa se fue expandiendo entre todos los presentes y de allí hacia todo el universo, llegando al planeta Tierra y a todos sus ocupantes....

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Entonces la risa se transformó en alegría y la Alegría engendró al Amor .....

No pasó mucho tiempo para que comenzaran a nacer nuevamente muchos niños y los habitantes de la Tierra descubrieran lo importantes que son éstos para sustentar su razón de ser.

La Risa trajo alegría, la Alegría engendró Amor y el Amor pobló de Niños al Planeta Tierra...

Los Niños nos dan Amor, el Amor nos trae alegría, la alegría nos hace reir a carcajadas sin que nos duela la panza. Las carcajadas nos hacen llorar con alegría profunda....

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Allá por el año 3013, la Convención muy convencida decretó que las estrellas nunca mas se apagaran para que la Vida y el Amor continuaran para siempre...