mi propósito es transmitir en forma de prosa o poética, frases y pensamientos que lleven poco tiempo de leer y mucho para pensar. mi otra intención es, en apariencia contradictoria, poder hacerles conocer algunos cuentos creados por mi y ciertos relatos vinculados con la realidad que requerirán mayor tiempo de lectura. Quien quiera pasar por aquí, opine o no, será muy bien recibido. muy agradecido y muchos saludos a todos
sábado, 30 de marzo de 2013
DIFERENCIAS
La diferencia
entre los que tienen Fe
y
los que no la tienen
Es que los que la tenemos
somos mas felices......
Lao Paunero
jueves, 28 de marzo de 2013
COTORREO (convocatoria juevera)
adhesión a la convocatoria juevera
del blog de Gabby "mis letras insomnes" a quien le deseo
mucha suerte en su tema CON JUGANDO PALABRAS
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dicen que se reunieron
la sopa de letras
el crucigrama y otros mas
y empezaron a competir
por las palabras
que mejores salieran
el orgulloso diccionario
hacia ostentación
palabras van
palabras vienen
acumulando presión
la tribuna como ninguna
fue agresiva y hostil
de una sola palabra
hasta juntaron mil
las espectadoras
no deseaban estar afuera
queriéndose destacar
con la palabra mas ingeniosa
sin poderla encontrar...
no todo es color de rosa
en un rinconcito callada
y silencio de por vida
estaba la hache escondida
sin poder decirles nada
su mudez es propia de ella
junto con su humildad
que a pesar de ser tan bella
no la podrán escuchar
al darse cuenta de ésto
los juegos se reunieron
y pronto comprendieron
que no se trata de hablar
sino de saber escuchar
lunes, 25 de marzo de 2013
CAMINO CON SORPRESAS (4)
cuento de seis capítulos
CAPÍTULO CUATRO
Continuaba entonces con mi larga caminata para realizar la entrega para ese tal Rodolfo Cosentino y en ningún momento descuidé dicho paquete , no permitiendo que se ajara o mojase.
A esa altura, en la medida en que iba caminando pude divisar a la distancia algo que parecía un ser humano rodeado de puntitos, y al ratito esos puntitos parecían que tenían orejas y algo que se les movía detrás.Luego me di cuenta que era un hombre a cuyos lados iban como doce o mas perros que lo acompañaban.
Mas adelante pude ver que se trataba de un tipo alto y barbudo, con una boina negra achatada, inclinada hacia la derecha y unos pantalones tipo rural de esos que tienen tiradores anchos e incorporados a la misma vestimenta.
Casi enseguida me encontré de frente con el personaje, que era muy extraño por cierto.
Llevaba consigo una bolsa al hombro y un precario carro improvisado, arrastrado a pulmón, que portaba dos palos unidos en los extremos que deslizaba, en forma de ve corta, que sobre las puntas separadas mas hacia el medio, portaba varios atados de ataditos de juncos apiladitos, que hacían notar claramente que eso estaba haciendo...juntar juncos que utilizaría vaya a saber para que.
Los perros enseguida me rodearon y como es propio de ellos hicieron el correspondiente análisis perruno, olfateándome todas mis partes, hasta que este hombre de gruesas cejas, con un simple movimiento de su mano hizo que éstos se quedaran quietos y no me olieran mas, apartándose enseguida y quedándose sentados sobre las patas traseras mirándome.
Como todos tenían collar pero eran muy distintos entre si, deduje que eran de esos animalitos cuyos dueños suelen abandonar a lo largo de la orilla del río durante los fines de semana.
En ciertas situaciones marginales es muy común que los perros encuentren un amo nuevo y hagan un pacto no hablado de mutua ayuda, ya que los perros no necesitan hablar, al menos del modo nuestro; ellos lo cuidan mientras que el les da de comer.
Ojalá los humanos nos llevásemos simplemente como los canes y les fuéramos fieles sin dejarlos abandonados así como así.
-----------
En cuanto al sujeto en cuestión, la primera impresión fue de apariencia andrajosa, ya que las personas solemos mirar o pensar mal con el primer contacto visual, según a lo que estemos predispuestos, movidos por la desconfianza, el temor o vaya uno a saber que; pero cuando nos molestamos un poco en pensar o mirar mas allá de las narices, no tenemos mayores dificultades cuando lo que nos proponemos es conocer realmente a quien tenemos frente a nosotros.
Entonces, hecho este trámite interior, la segunda imagen que percibí de esta persona, fue la de encontrar algunos rasgos de fineza en su rostro, descubrir que tenía una barba bien recortada, de dos puntas pero prolija y unos bigotes puntiagudos con forma tipo Salvador Dalí, simétricos y armoniosos , una dentadura intacta y las uñas limpias y muy bien recortadas.
Inmediatamente completé el diagnóstico preliminar observando que utilizaba un lenguaje claro y preciso, reflejando ser alguien que casi seguro había leído o estudiado mucho. Pensé que ello resultaba muy raro para alguien que vivía en esas soledades. Francamente me sorprendió. Entiendo que resulta difícil que me lo creas, pero es tal cual te lo cuento.
Casi inmediatamente frunció el ceño y me preguntó de manera inquisidora pero educada, sobre que era lo que estaba buscando por esos lugares. Cuando se lo dije, medio masculló girando la cabeza hacia el costado como si hablara con un tercero no se que palabras y me terminó diciendo con aire de mala gana que lo siguiera ya que el me pondría en contacto con Rodolfo, nombrándolo familiarmente como si lo conociera bastante.
Tuve que seguirlo entonces, ya que no me quedaba otra alternativa para cumplir con mi misión, según las circunstancias como se presentaron en esas soledades...
Como todos tenían collar pero eran muy distintos entre si, deduje que eran de esos animalitos cuyos dueños suelen abandonar a lo largo de la orilla del río durante los fines de semana.
En ciertas situaciones marginales es muy común que los perros encuentren un amo nuevo y hagan un pacto no hablado de mutua ayuda, ya que los perros no necesitan hablar, al menos del modo nuestro; ellos lo cuidan mientras que el les da de comer.
Ojalá los humanos nos llevásemos simplemente como los canes y les fuéramos fieles sin dejarlos abandonados así como así.
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En cuanto al sujeto en cuestión, la primera impresión fue de apariencia andrajosa, ya que las personas solemos mirar o pensar mal con el primer contacto visual, según a lo que estemos predispuestos, movidos por la desconfianza, el temor o vaya uno a saber que; pero cuando nos molestamos un poco en pensar o mirar mas allá de las narices, no tenemos mayores dificultades cuando lo que nos proponemos es conocer realmente a quien tenemos frente a nosotros.
Entonces, hecho este trámite interior, la segunda imagen que percibí de esta persona, fue la de encontrar algunos rasgos de fineza en su rostro, descubrir que tenía una barba bien recortada, de dos puntas pero prolija y unos bigotes puntiagudos con forma tipo Salvador Dalí, simétricos y armoniosos , una dentadura intacta y las uñas limpias y muy bien recortadas.
Inmediatamente completé el diagnóstico preliminar observando que utilizaba un lenguaje claro y preciso, reflejando ser alguien que casi seguro había leído o estudiado mucho. Pensé que ello resultaba muy raro para alguien que vivía en esas soledades. Francamente me sorprendió. Entiendo que resulta difícil que me lo creas, pero es tal cual te lo cuento.
Casi inmediatamente frunció el ceño y me preguntó de manera inquisidora pero educada, sobre que era lo que estaba buscando por esos lugares. Cuando se lo dije, medio masculló girando la cabeza hacia el costado como si hablara con un tercero no se que palabras y me terminó diciendo con aire de mala gana que lo siguiera ya que el me pondría en contacto con Rodolfo, nombrándolo familiarmente como si lo conociera bastante.
Tuve que seguirlo entonces, ya que no me quedaba otra alternativa para cumplir con mi misión, según las circunstancias como se presentaron en esas soledades...
jueves, 21 de marzo de 2013
MIEDITOS
al miedo hay que ignorarlo
con la indiferencia matarlo
es un intruso
que el camino puso
para no poder caminarlo
martes, 19 de marzo de 2013
CAMINO CON SORPRESAS (3)
cuento de seis capítulos
CAPÍTULO TRES
Cuando las aguas iban bajando y el gran pantano se estaba terminando, a pesar de las cortas paradas para picar algo y beber un poco de agua, ya me estaba chillando el bagre de nuevo, a lo que se sumaba el cansancio. Me iba dando cuenta que si no me detenía algún tiempo mas prolongado y comía algo mas consistente, iba a desfallecer. Por lo que me decidí a extender la lona -para que no permitiera pasar la humedad- y apoyando la espalda sobre un grueso álamo plateado me dispuse a comer dos regios sandwiches de mortadela y queso, acompañados de casi media cantimplora de agua, además de unos sorbos de licor de café, de ese que hace creer que te da fuerzas pero que es bien recibido por el cuerpo.
Me incorporé lo antes posible para no enfriarme y no entumecerme, y para levantar el ánimo me puse a canturrear mientras recordaba como era que inicié mis primeras experiencias de campamentero, época en que tenía solamente doce años. Para distraerme comencé a contar uno a uno, los viajes y caminatas que había hecho desde entonces y cuando terminé con ello, comencé a recordar las distintas comidas mas divertidas que tuve que preparar en esas ocasiones; como aquella de los bocadillos fritos en cuya masa con harina y verduras se habían metido hormigas coloradas y que nadie se dio cuenta y a todos les parecieron riquísimos. O aquella vez en que mi hermano mayor preparó un muy buen guiso con el agua en que uno de nosotros se había lavado los pies, de lo que cuando nos dimos cuenta ya era tarde para comentarlo.
Justamente cuando estaba recordando en que me habían enseñado que en los viajes siempre podría haber un imprevisto y que había que tomarlo sin desesperar y con alegría, como se debe encarar a la vida misma, decía en voz baja como si estuviese alguien conmigo. Me desperté a la realidad notando que estaba oscureciendo muy rápido porque el sol se iba escondiendo y las nubes tormentosas lo ayudaban en ello. Noté que ameritaba una decisión rápida, pero tuve suerte y encontré una lomada entre dos rocas enormes, encendí una fogata para protegerme del frío y los bichos o alimañas que pudieran haber. El lugar parecía hecho para mi, pero no debía ser tan egocéntrico y noté que habían huellas de presencia humana muy reciente. Calenté una sopa enlatada, las que a pesar de ser algo insípidas, sirven para estas ocasiones en las que es mejor no cocinar y necesitas de algo caliente.Luego de comer dos barras de chocolate abrigué el suelo por debajo y metido en la bolsa de dormir me quedé dormido muy profundo...a pesar de que me costó hacerlo porque tuve la sensación de escuchar pisadas al mismo tiempo en que hubo momentos en que la lluvia mojaba un poco mi humanidad a pesar de los dos peñascos protectores.
Creo que el sueño me dominó recién cuando dejó de llover, pero no recuerdo claramente esta parte porque estaba muy cansado.
Desperté muy temprano con el salpicar de unas gotitas de agua que tiraba una vertiente cuyo origen no pude descubrir, aunque la aproveché para beber abundantemente, lavarme y reponer el agua en las cantimploras.
Finalmente, como me enseñaron a ser prolijo en situaciones como éstas, hice un pozo para mis necesidades y lo tapé nuevamente, para poder retomar el camino, sin dejar de borrar todo rastro y apagar el fuego convenientemente...
jueves, 14 de marzo de 2013
LAS MANOS AL CIELO
las manos
que llevamos
hablan solas
sin necesidad
de palabras
manos vividas
cuyas heridas
transmiten historia
manos sentidas
cuyas arrugas
nos conceden paz gratuita
manos de niños
que con su tibieza
nos llevan
al eterno cielo....
martes, 12 de marzo de 2013
CAMINO CON SORPRESAS (2)
cuento de seis capítulos
CAPÍTULO DOS
como te dije, había cruzado la villa orillera y me encontré con un gran pantano frente a mi y tampoco quería que se hiciera muy tarde porque de dia era muy distinto atravesar el pantano con su selva marginal, como se la denomina, que cruzar la villa de regreso durante la noche, ya que era sumamente insegura porque a la oscuridad no habría vecino que me protegiera de ser atacado o robado y de nada me serviría haber hecho buenas migas con sus habitantes porque a esas horas abundaban las personas de mal vivir, contrabandistas y otros seres extraños poco confiables, que no eran precisamente los lugareños.
Por suerte había tomado algunas precauciones, entre ellas, además de avisarle a mi esposa Clara, de que si no llegaba durante el dia no se preocupara porque era preferible pernoctar en algún lugar seguro que andar caminando por la noche; y la otra previsión era que llevaba un equipo adecuado, como agua , comida suficiente y otros artículos varios como bolsa de dormir, botiquín, fósforos de seguridad, libro de fuego y etc,etc.
El botiquín llevaba lo básico, los fósforos son unos que tienen la caja impermeabilizada con un baño de cera para que no se mojen y el libro de fuego son unas hojas de material combustible llamado ruberoid que yo mismo preparé por si tuviera que encender una hoguera para calentarme, cocinar o cuidarme de ocasionales alimañas y las ramas y hojas estuviesen mojadas. También llevaba una lona para reparo del viento o el frio y felizmente unas buenas botas pantaneras que tuve que utilizar durante casi todo el trayecto de ida; éstas te protegen del agua y de los riesgos de mordidas que suelen haber por esa clase de lugares.
Es interesante que te mencione el preparado con que me untaba para que los mosquitos no me picaran, hecha con clavo de olor macerado en alcohol fino y mezclado con aceite de perfumería, lo cual aprendí de unos pescadores del norte del pais en uno de mis viajes.
Ésto me hacía pensar en que la experiencia es mas importante que un buen equipo; la cual no es adquirida si no pones ganas, viveza y curiosidad.
El botiquín llevaba lo básico, los fósforos son unos que tienen la caja impermeabilizada con un baño de cera para que no se mojen y el libro de fuego son unas hojas de material combustible llamado ruberoid que yo mismo preparé por si tuviera que encender una hoguera para calentarme, cocinar o cuidarme de ocasionales alimañas y las ramas y hojas estuviesen mojadas. También llevaba una lona para reparo del viento o el frio y felizmente unas buenas botas pantaneras que tuve que utilizar durante casi todo el trayecto de ida; éstas te protegen del agua y de los riesgos de mordidas que suelen haber por esa clase de lugares.
Es interesante que te mencione el preparado con que me untaba para que los mosquitos no me picaran, hecha con clavo de olor macerado en alcohol fino y mezclado con aceite de perfumería, lo cual aprendí de unos pescadores del norte del pais en uno de mis viajes.
Ésto me hacía pensar en que la experiencia es mas importante que un buen equipo; la cual no es adquirida si no pones ganas, viveza y curiosidad.
Poco a poco aunque no tan despacio, lo espeso se transformó en espesura y habían cada vez mas ramas entrecruzadas por el suelo y muchos árboles tapando el cielo y al ratito tropecé con un chancho salvaje que me quizo dar un topetazo que felizmente esquivé amedrentándolo con un cayado hecho con un palo fuerte que había levantado por el camino, al cual le había amarrado muy firme en la punta, mi cuchillo de monte, aunque por lo menos en esta ocasión y por suerte, no tuve que dañar a ese peligroso pero hermoso animal.
No te voy a mentir ni engañar ni exagerar ni un ápice en lo que te voy contando, pero en el camino avisté varias culebras enormes colgadas que tiraban mordiscos, menos mal que gracias a algunos conocimientos que poseo supe darme cuenta de que no eran serpientes, es decir ofidios venenosos, debido a la forma de la cabeza, el cuerpo y las características de sus escamas.
A alguien entrenado como yo le resulta fácil distinguirlas, modestia aparte....
-------------
Entre otros riesgos también habían muchas arañas que aparecían amarradas de sus insuperables telarañas, o desde atrás de las cortezas de los troncos; pero no les temía tanto a las grandes como a las muy chiquitas, ya que éstas te toman por sorpresa porque son las que precisamente no se ven tan fácilmente y algunas suelen ser tan ponzoñosas que te producirían la muerte sin que llegases a darte cuenta que fue lo que la causó, ya que ocurre al rato de haber sido envenenado.
Los mosquitos que aparecieron fueron los de patas largas cuyo nombre científico desconozco y me pareció que no eran tan peligrosos; pero me seguí untando con el preparado que te conté para que por lo menos no me picaran y de paso pude comprobar sus excelentes resultados.
Los muy molestos de turno fueron los tábanos, que como es su especialidad, aparecen de golpe y que yo sepa, no hay repelente ni nada que los ahuyente y te pican fuerte para chuparte la sangre sobre todo cuando detenés la marcha. Lo que si, no representan ningún peligro y según mi entender, no son portadores de ninguna enfermedad y por lo que lo único que te queda por hacer es sacártelos de encima como puedas.
Pero no todo fueron malestares, ya que agudizando los sentidos, no me perdí de ver y escuchar el canto de hermosas aves, como los pirinchos o guira guira, calandrias, jilgueros y muchos mas, cuyos silbidos y cortejeos llenaron mi espíritu; como el caso de un lindísimo martín pescador que no cantaba pero me conmovió verlo alimentarse con una vista y concentración extraordinaria; también vi a un hermoso zorro que se quedó quieto mirándome como adivinando que no corría peligro; hallé a una familia completa de carpinchos que nadaban en la superficie de la parte mas profunda y cada tanto se sumergían; igualmente observé peces que saltaban en el agua, patitos de colores diversos, una pareja de cisnes, nutrias en cantidad y diversas flores con sus perfumes y elegancia salvaje, tales como madreselva, jazmines chinos, calas, achiras, lirios de agua y muchas otras cosas que me colmaron de felicidad.
Asimismo por si fuera necesario, detecté hongos comestibles, moras, berros, caracoles y otras riquezas que utilizaría racionadamente y unicamente que estuviera en la necesidad de hacerlo, por si se me terminaba el alimento que traía conmigo, situación muy improbable de suceder, pero no estaba de mas tenerlos en cuenta.
Me encantó también ver y escuchar a las hermosas ranitas de árboles, las cuales son simpáticas y pintorescas, aunque mucho tiempo después me vine a enterar que algunas de ellas son muy venenosas; pero igualmente las disfruté sin que hubiera riesgo porque suelo ser bastante respetuoso de las criaturas que abundan en la naturaleza no tocándolas y manteniendo distancia para no alterarlas y al mismo tiempo soy muy agradecido de poderlas contemplar.
Mas tarde me preocupó la aparición de una nube de libélulas que suelen anunciar la proximidad de la lluvia y a pesar de que había llegado a la otra orilla del inmenso pantano, estaba oscureciendo rápido y muy pronto debido a la hora y a la presencia de nubes oscuras... no obstante no haberme detenido mucho precisamente para no atrasarme, solamente había hecho paradas de unos diez minutos para cubrir necesidades de mi propio organismo y también para beber un poco de agua de una de mis dos caramagnolas y comer alguna cosa muy ligera que llevaba en unas pequeñas bolsas...
A alguien entrenado como yo le resulta fácil distinguirlas, modestia aparte....
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Entre otros riesgos también habían muchas arañas que aparecían amarradas de sus insuperables telarañas, o desde atrás de las cortezas de los troncos; pero no les temía tanto a las grandes como a las muy chiquitas, ya que éstas te toman por sorpresa porque son las que precisamente no se ven tan fácilmente y algunas suelen ser tan ponzoñosas que te producirían la muerte sin que llegases a darte cuenta que fue lo que la causó, ya que ocurre al rato de haber sido envenenado.
Los mosquitos que aparecieron fueron los de patas largas cuyo nombre científico desconozco y me pareció que no eran tan peligrosos; pero me seguí untando con el preparado que te conté para que por lo menos no me picaran y de paso pude comprobar sus excelentes resultados.
Los muy molestos de turno fueron los tábanos, que como es su especialidad, aparecen de golpe y que yo sepa, no hay repelente ni nada que los ahuyente y te pican fuerte para chuparte la sangre sobre todo cuando detenés la marcha. Lo que si, no representan ningún peligro y según mi entender, no son portadores de ninguna enfermedad y por lo que lo único que te queda por hacer es sacártelos de encima como puedas.
Pero no todo fueron malestares, ya que agudizando los sentidos, no me perdí de ver y escuchar el canto de hermosas aves, como los pirinchos o guira guira, calandrias, jilgueros y muchos mas, cuyos silbidos y cortejeos llenaron mi espíritu; como el caso de un lindísimo martín pescador que no cantaba pero me conmovió verlo alimentarse con una vista y concentración extraordinaria; también vi a un hermoso zorro que se quedó quieto mirándome como adivinando que no corría peligro; hallé a una familia completa de carpinchos que nadaban en la superficie de la parte mas profunda y cada tanto se sumergían; igualmente observé peces que saltaban en el agua, patitos de colores diversos, una pareja de cisnes, nutrias en cantidad y diversas flores con sus perfumes y elegancia salvaje, tales como madreselva, jazmines chinos, calas, achiras, lirios de agua y muchas otras cosas que me colmaron de felicidad.
Asimismo por si fuera necesario, detecté hongos comestibles, moras, berros, caracoles y otras riquezas que utilizaría racionadamente y unicamente que estuviera en la necesidad de hacerlo, por si se me terminaba el alimento que traía conmigo, situación muy improbable de suceder, pero no estaba de mas tenerlos en cuenta.
Me encantó también ver y escuchar a las hermosas ranitas de árboles, las cuales son simpáticas y pintorescas, aunque mucho tiempo después me vine a enterar que algunas de ellas son muy venenosas; pero igualmente las disfruté sin que hubiera riesgo porque suelo ser bastante respetuoso de las criaturas que abundan en la naturaleza no tocándolas y manteniendo distancia para no alterarlas y al mismo tiempo soy muy agradecido de poderlas contemplar.
Mas tarde me preocupó la aparición de una nube de libélulas que suelen anunciar la proximidad de la lluvia y a pesar de que había llegado a la otra orilla del inmenso pantano, estaba oscureciendo rápido y muy pronto debido a la hora y a la presencia de nubes oscuras... no obstante no haberme detenido mucho precisamente para no atrasarme, solamente había hecho paradas de unos diez minutos para cubrir necesidades de mi propio organismo y también para beber un poco de agua de una de mis dos caramagnolas y comer alguna cosa muy ligera que llevaba en unas pequeñas bolsas...
martes, 5 de marzo de 2013
CAMINO CON SORPRESAS (1)
cuento de seis capítulos
CAPÍTULO UNO
A mis espaldas estaba el ancho río desde donde el sol apenas comenzaba a asomarse...
Me tenté un poco y me quedé un ratito para hablar con los pescadores que estaban a lo largo de la orilla munidos de sus cañas y faroles, por ello se notaba que habían iniciado la jornada desde la noche. Así supe de puro curioso que soy, que se obtenían bagres de río y de mar, carpas, pejerreyes, bogas, surubíes, doradillos y hasta algún que otro dorado venido desde el Brasil debido a los cambios de temperatura.
Ese día el clima estaba algo amenazante porque el viento soplaba con bastante energía desde el sudeste, el cual mermaba en ocasiones y también el agua llegaba a subir demasiado acercándose a las viviendas.
Han habido algunas históricas ocasiones en que se produjo la famosa Sudestada, la que arrasó con las viviendas y algunas personas, pero en esta oportunidad se veían tranquilos tanto a los pescadores como a los vecinos del lugar, lo que me hizo respetarlos con la idea de que "ellos son los que saben y conocen la zona" por lo que no cambié mis planes y seguí hacia adelante.
También fue fiesta para mis ojos, el ver a los barquitos pesqueros que se adentraban hacia el mismísimo mar en búsqueda de otras especies.Es que mis fantasías y mi infantil manera de ser, hace que me distraiga con cosas no previstas que benefician a mi espíritu y convierten al trabajo en algo mucho mas llevadero.
Se me daba por pensar en cuanta sería la gente mal informada que desconoce el sacrificio de estas personas, el amor por la naturaleza que los caracteriza y la solidaridad y honestidad que hay entre ellas.Llevan códigos incorporados desde su crianza que vienen desde sus antepasados.
Era la madrugada y tenía que arrancar temprano porque me habían anticipado que la caminata podría ser muy larga. Eso lo sabía porque había conversado con quienes viven en la orilla, en esas casas de madera montadas sobre altos postes para prevenirse de las subas frecuentes del agua, las que a su vez tienen precarias escaleras de acceso, a tal punto que cuando subís por ellas te parece que se van a romper con el balanceo y el crujir de sus estructuras.
Lo que llama mucho la atención es el variado colorinche de las paredes, fenómeno observable con frecuencia en las zonas portuarias y pesqueras.
Suelen ser gente muy sencilla quienes viven de la pesca...
Aunque en este lugar particular realizan otras actividades, como es la cosecha de junco, que lo utilizan para hacer canastos y cosas parecidas que venden los fines de semana en las ferias de la ciudad o allí mismo a los visitantes turistas que concurren con sus familias para pasar un día entero en muchos casos cocinando en las parrillas costeras, que tienen acceso libre al público.Otros venden carnada para la pesca deportiva e incluso choripanes hechos en unos sencillos carritos de barriles de lata, pero equipados muy convenientemente.
Tampoco te voy a ocultar que es una costumbre muy arraigada en muchas mujeres de esa zona, con la participación o consentimiento de sus propios esposos o parejas, el ejercicio de la prostitución con todos los riesgos que ello implica.Fenómeno difícil de entender...
Ya que estoy te comento un par de características de estas mujeres... por un lado son regenteadas por la mayor y mas experta de ellas quien a su vez ejerce la vigilancia y protección, a la que le alcanza con hacer solo un gesto para que acudan dos o tres hombres según sea el caso, quienes van dispuestos a toda violencia física a que hubiere lugar para ahuyentar a los que se niegan a pagar los servicios o pretendan agredirlas de algún modo, aunque salvo excepciones suele alcanzarles la simple intimidación, si es que no les sirvió la persuación verbal.
En estos casos realizan esa misma actividad las abuelas, las madres y las hijas, las que son iniciadas mas o menos a los doce años con el propio consentimiento y convencimiento de que se trata de algo muy natural; la policía no se mete para nada ni quiere hacerlo porque temen a las represalias de esos ambientes según ellos mismos me lo han dicho, ya que han habido casos hasta de muerte dentro de la misma villa. Solamente ingresan en las ocasiones en que hubiere una orden judicial y suficiente respaldo armado, lo cual a la larga, según los especialistas, suele producir un efecto contraproducente.
Como rasgo singular, como me contó una monjita que regentea un hogar de la zona, todas estas mujeres, absolutamente todas se persignan al pasar frente a la capilla.
Otro rasgo destacable, es que si siendo hombre pasas por allí y te ofrecen sus servicios y no los deseas, debes rechazarlo con mucha amabilidad y sinceridad. Si eres un hipócrita o un patán ellas se dan cuenta enseguida y al caminar un poco mas entre los pasillos es seguro que te va a robar algún grupo de jóvenes. Si en cambio, ven sinceridad en tu actitud, diciéndoles que no deseas mantener relaciones porque realmente no lo querés, te dejan pasar como si fueras alguien de la familia y te respetan entonces, en la misma medida que vos a ellas.
Se trata de un particularísimo mecanismo de control social de ese lugar.
Era la primera vez que atravesaba esa pequeña villa aunque tenía bastante experiencia con otras mucho mas grandes con similares costumbres y en ocasiones, mucho mas complejas; logré ser aceptado en sus pautas y por lo tanto me dejaron pasar con tranquilidad...
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Ni bien atravesé el caserío me encontré con un enorme pantano lleno de vegetación de toda clase, del cual no se divisaba donde era que terminaba.
Para no perderme recordé bien que el sol debía seguir a mis espaldas, o sea del lado del Este, hasta pasado el mediodía, ya que a partir de entonces comenzaría a verse desde el otro punto cardinal.
Caminaría entonces decididamente hacia el Oeste a la búsqueda de un tal Rodolfo Cosentino, a quien debía entregarle un paquete de encomienda aparemente enviado por sus familiares.
Es que yo trabajaba para una mensajería privada muy bien posicionada llamada Mc Douglas, cuyo propietario era un señor irlandés de mucha plata; y no me pagaban precisamente por hora ni por riesgo, pero el sueldo era bueno y me encantaba mi trabajo no solo por el dinero y mi jefe no tenía ni idea de lo que un joven de treinta y dos años padre de tres hijos estaba dispuesto a hacer para poder mantener a su familia; porque era lo que se dice un solterón voluntario de mas de cuarenta y cinco creo y lo único que le importaba era que yo cumpliera con mi tarea. Personalmente tenía muy asumido que no estaba para obtener medallas al mérito o pagas muy extraordinarias.
Compensaba un poco el hecho de tener espíritu un tanto curioso y aventurero. Y pensaba que tal vez con los años cuando peinara canas o estuviese pelado me serviría para contárselo a mis nietos o ganar unos pesos extras escribiendo algún libro sobre estas peripecias....
CAPÍTULO UNO
A mis espaldas estaba el ancho río desde donde el sol apenas comenzaba a asomarse...
Me tenté un poco y me quedé un ratito para hablar con los pescadores que estaban a lo largo de la orilla munidos de sus cañas y faroles, por ello se notaba que habían iniciado la jornada desde la noche. Así supe de puro curioso que soy, que se obtenían bagres de río y de mar, carpas, pejerreyes, bogas, surubíes, doradillos y hasta algún que otro dorado venido desde el Brasil debido a los cambios de temperatura.
Ese día el clima estaba algo amenazante porque el viento soplaba con bastante energía desde el sudeste, el cual mermaba en ocasiones y también el agua llegaba a subir demasiado acercándose a las viviendas.
Han habido algunas históricas ocasiones en que se produjo la famosa Sudestada, la que arrasó con las viviendas y algunas personas, pero en esta oportunidad se veían tranquilos tanto a los pescadores como a los vecinos del lugar, lo que me hizo respetarlos con la idea de que "ellos son los que saben y conocen la zona" por lo que no cambié mis planes y seguí hacia adelante.
También fue fiesta para mis ojos, el ver a los barquitos pesqueros que se adentraban hacia el mismísimo mar en búsqueda de otras especies.Es que mis fantasías y mi infantil manera de ser, hace que me distraiga con cosas no previstas que benefician a mi espíritu y convierten al trabajo en algo mucho mas llevadero.
Se me daba por pensar en cuanta sería la gente mal informada que desconoce el sacrificio de estas personas, el amor por la naturaleza que los caracteriza y la solidaridad y honestidad que hay entre ellas.Llevan códigos incorporados desde su crianza que vienen desde sus antepasados.
Era la madrugada y tenía que arrancar temprano porque me habían anticipado que la caminata podría ser muy larga. Eso lo sabía porque había conversado con quienes viven en la orilla, en esas casas de madera montadas sobre altos postes para prevenirse de las subas frecuentes del agua, las que a su vez tienen precarias escaleras de acceso, a tal punto que cuando subís por ellas te parece que se van a romper con el balanceo y el crujir de sus estructuras.
Lo que llama mucho la atención es el variado colorinche de las paredes, fenómeno observable con frecuencia en las zonas portuarias y pesqueras.
Suelen ser gente muy sencilla quienes viven de la pesca...
Aunque en este lugar particular realizan otras actividades, como es la cosecha de junco, que lo utilizan para hacer canastos y cosas parecidas que venden los fines de semana en las ferias de la ciudad o allí mismo a los visitantes turistas que concurren con sus familias para pasar un día entero en muchos casos cocinando en las parrillas costeras, que tienen acceso libre al público.Otros venden carnada para la pesca deportiva e incluso choripanes hechos en unos sencillos carritos de barriles de lata, pero equipados muy convenientemente.
Tampoco te voy a ocultar que es una costumbre muy arraigada en muchas mujeres de esa zona, con la participación o consentimiento de sus propios esposos o parejas, el ejercicio de la prostitución con todos los riesgos que ello implica.Fenómeno difícil de entender...
Ya que estoy te comento un par de características de estas mujeres... por un lado son regenteadas por la mayor y mas experta de ellas quien a su vez ejerce la vigilancia y protección, a la que le alcanza con hacer solo un gesto para que acudan dos o tres hombres según sea el caso, quienes van dispuestos a toda violencia física a que hubiere lugar para ahuyentar a los que se niegan a pagar los servicios o pretendan agredirlas de algún modo, aunque salvo excepciones suele alcanzarles la simple intimidación, si es que no les sirvió la persuación verbal.
En estos casos realizan esa misma actividad las abuelas, las madres y las hijas, las que son iniciadas mas o menos a los doce años con el propio consentimiento y convencimiento de que se trata de algo muy natural; la policía no se mete para nada ni quiere hacerlo porque temen a las represalias de esos ambientes según ellos mismos me lo han dicho, ya que han habido casos hasta de muerte dentro de la misma villa. Solamente ingresan en las ocasiones en que hubiere una orden judicial y suficiente respaldo armado, lo cual a la larga, según los especialistas, suele producir un efecto contraproducente.
Como rasgo singular, como me contó una monjita que regentea un hogar de la zona, todas estas mujeres, absolutamente todas se persignan al pasar frente a la capilla.
Otro rasgo destacable, es que si siendo hombre pasas por allí y te ofrecen sus servicios y no los deseas, debes rechazarlo con mucha amabilidad y sinceridad. Si eres un hipócrita o un patán ellas se dan cuenta enseguida y al caminar un poco mas entre los pasillos es seguro que te va a robar algún grupo de jóvenes. Si en cambio, ven sinceridad en tu actitud, diciéndoles que no deseas mantener relaciones porque realmente no lo querés, te dejan pasar como si fueras alguien de la familia y te respetan entonces, en la misma medida que vos a ellas.
Se trata de un particularísimo mecanismo de control social de ese lugar.
Era la primera vez que atravesaba esa pequeña villa aunque tenía bastante experiencia con otras mucho mas grandes con similares costumbres y en ocasiones, mucho mas complejas; logré ser aceptado en sus pautas y por lo tanto me dejaron pasar con tranquilidad...
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Ni bien atravesé el caserío me encontré con un enorme pantano lleno de vegetación de toda clase, del cual no se divisaba donde era que terminaba.
Para no perderme recordé bien que el sol debía seguir a mis espaldas, o sea del lado del Este, hasta pasado el mediodía, ya que a partir de entonces comenzaría a verse desde el otro punto cardinal.
Caminaría entonces decididamente hacia el Oeste a la búsqueda de un tal Rodolfo Cosentino, a quien debía entregarle un paquete de encomienda aparemente enviado por sus familiares.
Es que yo trabajaba para una mensajería privada muy bien posicionada llamada Mc Douglas, cuyo propietario era un señor irlandés de mucha plata; y no me pagaban precisamente por hora ni por riesgo, pero el sueldo era bueno y me encantaba mi trabajo no solo por el dinero y mi jefe no tenía ni idea de lo que un joven de treinta y dos años padre de tres hijos estaba dispuesto a hacer para poder mantener a su familia; porque era lo que se dice un solterón voluntario de mas de cuarenta y cinco creo y lo único que le importaba era que yo cumpliera con mi tarea. Personalmente tenía muy asumido que no estaba para obtener medallas al mérito o pagas muy extraordinarias.
Compensaba un poco el hecho de tener espíritu un tanto curioso y aventurero. Y pensaba que tal vez con los años cuando peinara canas o estuviese pelado me serviría para contárselo a mis nietos o ganar unos pesos extras escribiendo algún libro sobre estas peripecias....
domingo, 3 de marzo de 2013
MUY PRONTO!!!
AMIGOS:
EN POQUITOS DÍAS LES DARÉ A CONOCER UN CUENTO DE MI AUTORÍA DESARROLLADO EN SEIS CAPÍTULOS SUCESIVOS LLAMADO "CAMINO CON SORPRESAS"........................
hasta pronto para quien lo desee
Lao Paunero
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