martes, 4 de diciembre de 2012

SIGUEN LAS AVENTURAS (capítulo diez)

amigos: para entender esta historia es recomendable pegarle una lectura rápida a los capítulos anteriores. Gracias por todo
                                                                                             LAO PAUNERO




Gregorio  decidió  reencontrarse con sus padres después de haber transcurrido cinco años desde que se fuera en busca de nuevos caminos para alejarse de paso de los conflictos familiares.
Luego de enfrentarse con la aparente realidad de que Juliana ya estaba casada con Carlos Caloggero. Resolvió saltar el segundo charco que sería nada menos que ir a la búsqueda de sus raíces.

Después de dormir profundamente y tomar esta decisión, cuando fue a la Aduana para cumplir con su trabajo habitual, solicitó a Don Irazabal hablar en privado.
Este era una persona bastante seria en los asuntos laborales pero lo escuchó detenidamente en sus argumentaciones y le concedió la autorización para que desde el dia siguiente, que resultaba ser sábado, se tomase una licencia extraordinaria -que compensaría con horas extras- para reintegrarse el otro lunes; o sea que dispondría de casi nueve días para tratar de lograr satisfactoriamente este  objetivo.

Al día  siguiente muy temprano emprendió el viaje para la Ciudad de La Plata en ferrocarril. Desayunó en el vagón comedor y ocupó un asiento para no fumadores durante el trayecto.

La verdad es que viajar en uno de estos trenes ingleses,  era la primera vez que lo hacía y resultó ser  una grata y deslumbrante experiencia, que ignoraba por completo  que con el tiempo se constituiría en algo rutinario para él. Y tampoco sabía que iba a hacerse de muchos amigos en futuros trayectos. En esa época, hacer este viaje era entretenido y por mucho una gran ocasión para conocer otra  gente. Pero no quiero desviarme del tema central que nos ocupa. El asunto es que por el momento le sirvió para olvidarse un poco de sus preocupaciones.
Es que se le ocurría pensar en que el era demasiado serio para tomarse la vida como lo hacía, siendo para ello bastante joven no parecía ser común. Pero  debía asumir que tenía esa característica muy propia de su personalidad y 
muy programada en su matriz, la que por mas que quisiera , no la podría cambiar.

Ahora su mente estaba enfocada en el propósito de encontrarse con sus padres. Y lo presionaban una gran carga de amargura y temor a la vez, progresivos a medida que se iba acercando a destino.

                         --------------

La vieja casa en la que vivió su infancia y parte de su juventud estaba habitada por extraños y muy reformada, a pesar de que el alma de otros tiempos continuaba allí y de que estaban casi todos los árboles en que se trepaba y el gran pino junto a la enorme  araucaria             
estaban intactos solamente que mas viejos, aunque ésto es un decir, ya que a los árboles no se les nota demasiado el paso de los años como sucede con las personas  y debe ser asi porque la vida de los primeros es mucho mas larga. No puedo dejar de mencionar el gran impacto emocional que le produjo pasar por allí junto con la vaciedad extraña que hizo sentir el hecho de ver la casa vendida por los viejos  sin entender las razones que los llevó a tomar esa decisión. Estos platos fuertes no suelen ser bien digeridos por un hijo, sobre todo cuando tuvo que tomar distancia por necesidad de no involucrarse en las reyertas de pareja de los propios padres, ni en sus decisiones, ya que  por ellos como  lo dije en otra ocasión tenía mucho amor y respeto,  lo cual como también lo había dicho con otras palabras, le producía  paz de conciencia gracias a esa misma actitud que siempre había adoptado y que le había dado la libertad interior como para poder decidir su alejamiento.Pero, he de hacer notar que pasar por éstos lugares le causaban hasta temblor en las piernas y le costaba mucho cumplir con esos pasos ineludibles.
Los ocupantes de la casa, no conocían a sus papás, ni tampoco sabían acerca del paradero de éstos.

                                ------------

Fue también a la farmacia  pero descubrió que  eran otros sus dueños y que tampoco sabían mucho para informarle,  ya que la habían adquirido a través de un intermediario por lo que no llegaron a conocerse. Se encontraba casi en el mismo estado en que la recordaba, solo que no tan cuidada y prolija como siempre lo estuvo, acorde con la manera ordenada de ser de su papá . 
Le desfilaban distintas ideas funestas y su angustia iba en aumento, pensando en lo que podría haber sucedido.

Como todavía no era el mediodía, se tiró el lance improvisado de acercarse a la escuela donde siempre había ejercido su mamá como directora. Sabía que era una idea un tanto loca porque siendo sábado era muy raro que encontrase a persona alguna en el lugar. Pero venía a ser lo que se dice un manotazo de ahogado, un último intento un poco desesperado. Cuando ya se encontraba decepcionado y pensando en el regreso, se encontró con el edificio de la vieja escuela con puertas y ventanas completamente cerradas. Y cuando se dispuso a emprender el regreso se escuchó un ruido y se asomó Don Ramón el viejo portero que a su vez era  cuidador del edificio y vivía en el lugar. Lo reconoció enseguida y éste fue muy amable con Gregorio brindándole la información que necesitaba. Adivinándose  por su reacción que por lo menos su madre estaba viva.
Recorrieron juntos el viejo registro de firmas que había en el archivo del establecimiento, de donde se extrajo muy claramente que estaba jubilada desde hacía dos años y que su domicilio actual se encontraba en un pueblito, conocido como Villa Brille ubicado a unos veinte kilómetros en dirección a la capital y emplazado en las inmediaciones de una nueva estación de trenes.
De su padre y hermanos no podía deducir nada hasta el momento, lo único seguro era que su viejita estaba viva.

Un verdulero que había ido a buscar provisiones para su negocio en el Nuevo Mercado Regional, lo llevó en su carro con caballos de tiro hasta la villa, dejándolo en la misma estación, donde preguntó a un canillita, el que supo enseguida como orientarlo porque su padres resultaban ser muy conocidos en el lugar.
Sabiendo entonces que los dos se encontraban vivos, muy contento entonces llegó enseguida a una pequeña y recién  construida casa con jardín y un local donde funcionaba la primera y única farmacia del pueblito. Lo recibieron con gran escándalo por la gran alegría que tenían de verlo. Las diferencias observables en ellos era que estaban un poco mas viejos pero mucho mas felices.Lágrimas y risas sumadas al querer hablarse y preguntarse todo al mismo tiempo suelen conformar un excelente cóctel en los casos como éstos. Su papá  
irradiaba felicidad y se sentía como pato en el agua en su casa y en su trabajo. Hay que hacer la salvedad de que en aquellos tiempos los farmacéuticos eran mas bien boticarios, ya que muchos de los medicamentos debían ser preparados con las propias manos, ocupando en consecuencia un lugar reconocido ante los vecinos. La otra gran sorpresa fue que Luisa, su hermana mayor vivía con ellos y se había quedado solterita  para vestir santos como se dice, pero estaba contenta, constituida en un apoyo fundamental en todos los sentidos y entre otras tareas andaba por la villa en una de las pocas bicicletas  que había en la zona repartiendo remedios y dando inyecciones a los clientes, que por cierto eran bastantes y había que recorrer grandes distancias. La mayoría de las bicicletas igualmente que los trenes y otras cosas, eran inglesas y de muy  buena calidad, de color negro y equipadas con luces a dínamo, canásto, inflador, timbre y carterita de cuero para las herramientas, parches y pegamento.

Fueron unos dias maravillosos, llenos de cosas para contarse y sobremesas para compartir. No solamente no hubo nada de reproche mutuo sino que había una demostración de afecto tras la otra como nunca la habían tenido. No te puedo contar lo que significó para nuestro joven aventurero ver a sus padres tan felices. Sus cinco hermanos se habían ido abriéndo camino en la vida para un lado y para el otro, "uno pal norte y el otro pal sur" tal cual decía una de sus canciones que con el tiempo nuestro amigo cantaría con su guitarra de la que nunca se desapegaría como si fuera su amante fiel.

Como broche de oro de este viaje, tuvo la feliz idea de pagar la seña de una gran fracción de tierra de unas seis hectáreas por donde pasaba un arroyo y había muchos árboles añejos y un antigúo molino estilo holandés en impecables condiciones de conservación, ubicada en la zona de quintas de Villa Brille emplazada del otro lado de la estación y a unas veinte cuadras de distancia, cuya inspiración surgió por un comentario que salió de la boca del verdulero Don Milano, hombre práctico,  de trabajo y luchador, que por intuición le suministro los contactos antes que se bajara del carro.

Esos casi ocho días que duró esta visita, lo hizo sentirse totalmente renovado y  que tal vez  habría sido el charco mas importante que hubo de pasar hasta el momento.

La despedida no fue como las anteriores, ya que se sentía en el aire el afecto cultivado a pasos gigantes y lo mas concreto era que no se encontraban tan lejos y podrían verse bastante seguido. El cariño demostrado por sus padres y por Luisa le llenaron todo lo que no había logrado con ellos hasta ahora. Los abrazos y besos fueron por demás emotivos.

Cabe aquí la reflexión de que precisamente para crecer en el amor no deben existir cuestionamientos del uno hacia el otro porque sería tirar todo abajo y nada construiría entonces.

Los bríos que esta vivencia desarrolló en nuestro amigo no hay páginas ni letras que puedan expresarlo.


Con el tiempo se notaría lo importante que fue este encuentro en la vida de Gregorio, el que como valor agregado, traía con ello, la  instintivo racional decisión de haber comprado la fracción de tierra. 

                            

2 comentarios:

  1. Qué bueno todo esto para Gregorio y su querida familia! Sigo esperando el casorio, qué le vas a hacer soy ansiosa! Un abrazo Lao-

    ResponderEliminar
  2. Sigo leyendote.
    Gregorio me hizo acordar a un sobrino ....de ahi lo de la familia.

    Dices: ..."eran inglesas y de muy buena calidad, de color negro y equipadas con luces a dínamo, canásto, inflador, timbre y carterita de cuero para las herramientas, parches y pegamento"
    Hay que viejaza me sientoooooooo, tuve unaaaaaaa ja ja

    Cariños

    ResponderEliminar