martes, 18 de diciembre de 2012

CAPÍTULO TRECE DE GREGORIO

Ni bien se concretó el compromiso matrimonial de Gregorio  y Luciana sucedieron diversos hechos directa o indirectamente relacionados con ello. De los cuales no puedo omitir ninguno, salvo detalles para no extenderme demasiado.
Después de haber viajado a Tandil acompañado de Manuel y concretada la ceremonia y fiesta de bautismo del hijito de Don Pedro y Doña Nolfa, que dicho sea de paso le significó otra inyección de afectividad para su vida; concretaron el casamiento a los tres meses en una capilla cercana y la fiesta la realizaron en el salón grande de la cantina porque fue bastante sencilla y familiar; participaron de ambos eventos todas las personas que te  fui mencionando en esta historia
y alguno que otro pariente y amigo como el mismísimo Carlos Caloggero que  terminó regresando a este país por asuntos de negocios. Fue sencillamente hermosa y trajo con ella algunos valores agregados como que Luisa, la hermana mayor que se había quedado para vestir santos y Don Manuel que estaba viudito y solo,  terminaron casándose al poco tiempo de conocerse en esta circunstancia; a los padres les costó un poco el alejamiento de aquella pero todo se fue arreglando con el tiempo ya que consiguieron a alguien que la reemplazara en sus tareas de la farmacia; "bien vale una misa" dijo el papá en forma metafórica aludiendo a una frase bastante conocida en esos tiempos refiriéndose a que era un buen costo para que su hija fuese feliz.

Nuestros principales protagonistas  viajaron nada menos que en tren hacia la primer ciudad balnearia de la Argentina, conocida como Mar Del Plata, donde consiguieron alojamiento y pasaron una hermosa luna de miel.

Cuando regresaron ocuparon la casa que contentos les cedieron los flamantes suegros, quienes muy a la italiana, la habían construido hacía mucho tiempo "cerca de la familia por si acaso".


Gregorio continuó su trabajo muy eficazmente en la aduana creciendo aun mas en el concepto y prestigio muy bien ganados.
Aceptó formar parte de la sociedad con Manuel y Alfeo aportando capital, conocimientos en lo administrativo, y también trabajando en la atención de los clientes junto a Luciana durante los fines de semana y feriados, que eran las ocasiones en que había mayor concurrencia.Para ese entonces habían logrado poner en marcha dos de los famosos "Cantinobodegones" como les llamaban familiarmente ellos mismos.Empresa muy inspirada y bien ideada como para que con los años fuera creciendo.

En ese tiempo nacieron los dos primeros hijos muy seguiditos, la mayor era una preciosa mujer y el segundo un lindo varón. Ya que estoy te adelanto que con los años llegaron a ser ocho hermanos en total, de los cuales eran dos mujeres y seis varones, quienes con el tiempo, estudiaron y se dedicaron a distintos trabajos y fueron encauzando sus vidas en diversas situaciones y actividades, pero una de las cosas que los identificaba entre ellos, era la inclinación musical, por lo que a pesar de tener talentos compartidos con matices diferentes, muchas veces iban a tocar y cantar en conjunto en los mismos negocios de la familia y en otros lugares, cosa que favoreció grandemente la unión entre ellos. Produciendo gran alegría también a los cuatro abuelos, que de algún modo siempre participaban de la algarabía de los espectáculos musicales y encuentros familiares.


Durante los tres años que continuaron en Buenos Aires, Gregorio mantuvo las mismas ocupaciones, pero tenía que viajar muy seguido en tren a Villa Brille para controlar la construcción que había iniciado en la parcela de seis hectáreas que ya estaba pagada en su totalidad y a un buen precio, con la finalidad de mudarse definitivamente a ese lugar. Lo cual como es obvio, le costaría bastante desapego a los padres de Luciana, no solamente por ésta, sino porque consideraban a este muchacho como si fuera un verdadero hijo, al mismo tiempo que les resultaba difícil alejarse un poco de los dos primeros nietos, que eran, como dije, una nena la mayor y un varón hasta ese momento. Pero Gregorio y Luciana pensaban que sería beneficioso para poder evitar que sus hijos fueran educados sin las intervenciones excesivas de sus abuelos que estaban un poco sobrecargados, sobre todo la abuela Catalina que se veía obligada a cuidarlos para que Luciana pudiese atender en la Cantina sin poderse dedicar a la cocina que era lo que mas le gustaba hacer.

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Nuestro amigo con su gran temperamento y circunstancias vividas, había forjado un carácter firme junto a su esposa, con ideas claras sobre la vida que querían llevar y la que deseaban brindarles a sus hijos.

Resultaba claro que había obtenido una buena cosecha de frutos  durante todos estos años. Por un lado Gregorio asumía que era una persona educada "de saco y corbata" con buen carisma para el trato con las personas y capacidad de conducción y organización. Por otro lado no deseaba descuidar su faceta descubierta durante estos años de aventura, que revelaba su gusto por la naturaleza y el deseo de vivir en contacto con la misma y un poco bastante de lo que ésta les podría brindar.

Entonces eligieron vivir asi no precisamente para ganar mas dinero, por eso es que cuando llegó el momento de irse vendió su parte de la sociedad a Carlos Caloggero, quien se interesó muy gustoso por las buenas perspectivas que el negocio ofrecía resultando ser un eficaz aporte para la empresa, a la vez que Gregorio pudo obtener una suma interesante de dinero que le sirvió para concretar mejor aún sus propósitos.


Casualmente en esos dias, se encontró con la sorpresa de que el dueño de la pensión, ese señor amable, bajito pero algo robusto, lo fue a buscar para decirle que había llegado una nueva correspondencia a la estafeta  postal. 
Cuando la fue a retirar no pudo dejar de sorprenderse porque se trataba de una carta de aquél guarda de tren que había conocido durante su viaje de regreso después de haber estado con sus padres,  de ascendencia polaca llamado Tomasz Kowalski, donde le decía que necesitaba hablar con el. Dejó de sorprenderle cuando recordó que era muy posible que necesitara ayuda para algún pariente que vendría a la Argentina, tal como lo había pensado en aquella oportunidad en que le solicitó sus datos personales.....


Pero lo que este señor hizo, fue ofrecerle el puesto de Jefe de la Estación de Villa Brille que estaba revistiendo para ese entonces mucha importancia. Cobraría un sueldo casi igual al percibido en su ocupación habitual y continuaría haciendo aportes jubilatorios. Asi fue como entendió porque era que con tanto interés  había tomado sus datos personales y la forma de conectarse con el. Evidentemente este señor mayor tenía toda la sabiduría de los años bien aprovechados y estaba muy relacionado con las autoridades de Ferrocarriles.

Gregorio previamente lo compartió con  Luciana y luego aceptó sin dudar, dándose cuenta ambos esposos que todo cuadraba con sus planes y que era misterioso pero evidente como todo parecía guiado desde el Cielo......




nota: en la próxima semana daré a conocer el final de esta historia acompañado de otros interesantes detalles....

                   muchas gracias

                                  lao paunero


4 comentarios:

  1. DON LAO
    Pero al final, se está convirtiendo en un burgués que sentó cabeza, este chico GREGORIO. ¿A los abuelos no le gustaba criar a sus nietos?
    no entiendo por que los alejan, ahora los chicos serían mejores si estuvieran más con los abuelos (claro que hay abuelos demasiado nerviosos, jaja), un beso grande LAO (Soy magú pero no sale mi perfil)

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  2. Qué bien Lao, historia impactante, pero ojito que es Luciana, la rebautizaste en el último párrafo Juliana, un abrazo Navideño extensivo a toda tu hermosa familia!

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  3. ¡gracias María Cristina! no pienses que haya sido un acto fallido (ja) ahora mismo lo corrijo.

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  4. Beautiful as always, Lao! Really worth-reading. I enjoyed it.

    Happy holidays to you and your family :)

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