SOLEDAD EXTREMA.......

Breve cuento

(basado en una historia real)













Había sido un año difícil. Terminó su situación matrimonial y a su matrimonio le había apostado todas las fichas, unos años de ilusión y aparente felicidad.

Nunca logré que me contara cuales eran sus dificultades mas íntimas con ella, ya que no era dado a hacerlo; me refiero a comunicarlo. Eso que conmigo tenía una relación bastante cercana.

La  separación, como toda separación suele serlo, resultó una tragedia. Luego vendría la otra historia, que sería cambiar de trabajo, porque seguir en el mismo le haría mal por el solo hecho de verse con personas que conocían a los dos; definir su nueva casa.... ¿cerca de quien y lejos de quienes?; y como hacer para mantener el vínculo con sus tres hijos. Los cuales eran lo bastante grandes y conscientes de todo, pero chicos al fin. Me harán muchas preguntas, pensaba.... a pesar de que el cariño de ellos lo tenía asegurado, no se trataba solamente de eso.....

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El 31 de diciembre lo fue pasando durmiendo en una pensión y en todas las casas de amigos y parientes se sentía como sapo de otro pozo y como que lo cobijaban de lástima, era como recibir una puñalada para su dignidad; sobre todo, porque aunque lo quisieran, nadie podía estar en su lugar.
A medida que transcurrían las horas, la situación se fue haciendo mas angustiosa, y comenzó entonces a andar por la calle solo, primero pasó un buen rato sentado en un bar tomando un café y alguna otra cosa que comió sin ganas. Llamó al mozo para pagarle y, casi sin pensarlo le dijo que le trajera una botella de un buen vino espumante rosado como a el le gustaba. Al salir pasó por un kiosco e instintivamente compró un destapador y dos vasos descartables. ¿Dos? se preguntó a si mismo... si, dos, se contestó como si estuviera recibiendo una orden.


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Cuando llegaron las cero hora y comenzaron a escucharse las sirenas, el griterío y a verse las cañas voladoras por el  festejo con grandes ovaciones por el AÑO NUEVO QUE COMENZABA...
el se encontraba solo con la botella, el destapador y los dos vasos en sus manos...
En medio de la gran plaza del centro de la ciudad y sin compañía como te dije, ya que la mayoría de la gente se encontraba en sus casas u otros lugares celebrando..... o a lo sumo en las veredas para arrojar la pirotecnia..... 
Se encontraba completamente solo, física y afectivamente, recordando otros tiempos que no regresarían.
En esa circunstancia tropezó con un joven que iba caminando a ninguna parte y en sentido contrario, absorvido por personal tristeza y sin nadie que lo acompañara.

El tropezón los hizo reaccionar y terminaron con un abrazo espontáneo de dos desconocidos deseándose mutuamente .... ¡Feliz Año Nuevo!


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Brindaron con el espumante hasta vaciar la botella y se abrazaron nuevamente. Sin decirse ni preguntarse nada, tomaron cada cual para un rumbo diferente y con destino insospechado todavía. Sabían que había sido una especie de amistad de minutos y que nunca se encontrarían casi seguro.

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Lo que si, mi amigo me dijo que se fue caminando con cierto sabor a esperanza a pesar de la tristeza.....  Y que ese suceso lo había marcado..... y que no lo podría olvidar......


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Ésto te lo conté para que saques tu propia moraleja.......





                                 







                              







                          ¡FELIZ AÑO QUERIDOS AMIGOS!






                                                    Lao Paunero