miércoles, 4 de julio de 2012

JUANCITO

Juancito tenía un lindo departamento muy bien instalado. Disponía de todas las comodidades que una persona normal puede aspirar. Además de las plantas de interior y las que había en un hermoso patio, contaba con una gran pecera que hacía a su vez de división de ambiente entre la cocina y el comedor. Tenía todo el equipamiento necesario para estar cómodo y mas todavía.


Contaba con un empleo de dependencia que le aseguraba un ingreso satisfactorio además de los trabajos particulares que realizaba como profesional electricista. Es que era inteligente y habilidoso, a su vez que tenía una gran voluntad de trabajo y buena predisposición hacia la gente.


Tenía una familia de la cual había resuelto vivir separado. Con sus veintidós años mantenía con su padre alcohólico, su mamá golpeada, su hermana frustrada y su hermano mayor un tanto altanero y mandón, una relación distante a pesar de visitarlos al menos una vez a la semana porque les tenía afecto, pero no quería amargarse la vida. Ya de por si, era bastante el esfuerzo que hacía en visitarlos. No quería vivir invadido de disgustos que le hacían mucho mal. Se vería involucrado en peleas ajenas y otras cosas desagradables bloqueando su propio sendero por la vida. Porque cada vez que intentaba un acercamiento hacia ellos, terminaba herido de algún modo, o porque su padre borracho lo agredía o porque su hermano mayor se hacía el sabelotodo y en simbiosis con el progenitor, sumaba hostilidad para hacerlo sentir mal a Juancito. Siendo que lo único que éste buscaba era un poco de acompañamiento, buenos momentos compartidos y  afecto. A ello se agregaba, verla a su mamá llorando por los rincones y sentir la impotencia por no poder hacer algo para ayudarla, ya que por un lado se quejaba pero por el otro buscaba estar con su esposo y no se entendía nada de la situación, al mismo tiempo que siendo hijo, nada podía  hacer con una situación tan compleja y contradictoria. Y si llegaba a quedarse a dormir, con seguridad vería a su hermana regresar a la casa borracha, desarreglada y lastimada y cada vez con una pareja distinta.


Desde los 16 años había resuelto encarar su futuro, lograr sus propósitos personales y, bastante bien que había logrado organizarse llevando una vida solitaria pero ordenada. Y allí estaba con su lindo departamenteo, su música y sus peces.


Cuando se tiraba de espaldas sobre la cama, soñaba despierto  en que algún dia tendría su propio hogar, con una esposa e hijos a quienes amar. Aunque también se le cruzaba su sobrinito -hijo de su hermana- con quien se adoraban mutuamente y que era el imán mas poderoso con que contaba para darse una vuelta por su casa, a pesar de salir de regreso con el corazón lastimado.


Juancito entonces, en su tiempo libre optaba por quedarse solo en su refugio. Ni siquiera había accedió a tener una novia que le fuese demasiado fácil, porque tal era su honestidad, que no se hubiera sentido bien, jugando con los sentimientos de alguien sin estar convencido de constituir algo serio.








En realidad lo conocí en una iglesia donde frecuentemente se hablaba del Amor por las personas y de lo bueno que era ayudarse los unos a los otros, apoyándose, tratando de comprenderse y escucharse. Cosas que sin dudarlo, son tan importantes para la humanidad.


Era tímido y de pocas palabras. Lo que recuerdo con claridad, era que cada vez que llegaba al templo, desde el cura, el capellán, los catequistas, los del coro, las viejitas del rosario, las monjitas, los monaguillos, los del grupo de ayuda a los pobres y todos absolutamente todos, acudían a el para pedirle favores para la parroquia. Dado su capacitación, le solicitaban que les arreglase o un micrófono, un parlante, una guirnalda de luces, un timbre, un velador, un encendedor de cocina, una radio, o cuanta cosa eléctrica te pudieses imaginar.


La cuestión es que, cada vez que llegaba, a nadie se le ocurría preguntarle si le dolía la muela o estaba bien del estómago por decirlo de esta manera. Ni al mismísimo cura, ni a ninguno le interesaba  fijarse si Juancito estaba contento o triste o como andaba por la vida.


Parece que los muy cristianos estaban tan ocupados en el amor al prójimo, que no se daban cuenta de que Juancito estaba tan cerca de ellos.




Su soledad inquietó mi curiosidad, y como le guardaba afecto y ya había estado tanto en su departamento conversando, como en la casa de sus padres acompañándolo, había un cierto vínculo con el. 






En las navidades, con Adela hemos adoptado la costumbre de invitar a compartir la mesa familiar a alguien que viésemos solo y en aquella ocasión le tocó a Juancito.
Ni que decir de la alegría que lo invadió. Sintió que habíamos convocado a la persona y no al electricista
Para todos nosotros esa Nochebuena tomó un sentido que iba mucho mas allá de los rótulos cultuales.






Hace poco nos encontramos en una plaza que hay en el centro, ya han pasado como tres años de aquella Navidad. Me presentó a su dulce esposa y a su hijito con una amplia sonrisa dibujada en su rostro.






El abrazo que nos dimos no precisó muchas palabras.....



6 comentarios:

  1. Qué bueno es este final feliz de Juancito, que haya podido formar su propia familia y apostar a un futuro, sabiendo que no puede solucionar los problemas de su pasado, lo más sabio es alejarse y buscar la paz. Gracias por esta historia de vida, Lao, un abrazo

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  2. Ay mi amigo Lao!! que he sufrido con este relato! Menos mal que el final terminó con algo bueno para Juancito, quien sin duda merece el cielo.

    Te dejo un abrazo inmenso!

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  3. Que la vida sea dulce para tu amigo y también para ti, por tu noble alma...

    Paz&Amor

    Isaac

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  4. Yo también he sufrido Lao, pero bueno amigo, vamos a disfrutar del fin de semana aliviando el sufrimiento, menos mal que el final es bueno.Un placer pasar por tu espacio.Un beso y feliz día.

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  5. História muito sofrida caro amigo,ainda bem que teve um final feliz.E feliz também seja sua semana.Meu grande abraço.

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  6. Lao, estoy exhibiendo en el blog frases interesantes, oportunas, divertidas, en la parte superior derecha, enlazando por la foto hacia los blogs de quien lo haya expresado. Esta vez te ha tocado a ti con tu comentario de hoy, espero que no tengas inconveniente de que me hagas ese honor...

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