TAREA CUMPLIDA

A eso de la cinco horas de la mañana me pasó a buscar con su automóvil. No se trataba de un viaje mas. Fue una inspiración como muchas veces suele suceder en la vida. Surge primero la idea y las fundamentaciones racionales uno las entiende después.

Es que viajaría con mi futuro yerno a conocer sus raíces, iríamos directamente a donde se encuentran su cepa y sus fuentes.

Mi hija y el están muy próximos a casarse y merecían este paso por parte mia, que, simplemente salió como salió. Y todos me apoyaron a que lo hiciera. La reacción de alegría de mi ya incorporado yerno por el vínculo de afecto existente.Sumado a la gran confianza que le tengo.

Se trataba de ir al pueblo donde viven su bisabuelo -98 años, invidente-, sus abuelos maternos, que, en gran parte, lo criaron; su hermano, tios, primos, sobrinos, y muchos de sus amigos. Compartir con ellos un trozo de tiempo, un cacho de vida, conocernos.

Después elucubré que "no sea cosa que cuando sea la fiesta nos miremos como extraños".Venía a ser entonces, una especie de embajada.

Así fue y con muy buenos resultados. Nuevos amigos y vínculos logrados. No podía ser de otra manera, con gente tan buena y tan simple. Quienes me entendieron y supieron recibir como a mi me gusta, es decir, sin protocolos de ninguna clase, con la libertad propia de quienes saben ser libres.

Adela, mi esposa, quien por diversas limitaciones no pudo ir con nosotros, juntamente con mis hijos, me apoyaron a pleno. "Andá que te va a hacer bien, quedate todo lo que quieras, date el gusto, etc,etc".

Todo indicó que debía hacer el viaje, a pesar de no estar para nada acostumbrados a estar separados. El objetivo merecía el esfuerzo, porque la realidad es que, aunque ni ella ni yo, lo decíamos, sufrimos bastante en este alejamiento.

Creo que los Astros se pusieron de acuerdo para que ésto sucediera. Pero fue tan lindo todo ese tiempo bien disfrutado y aprovechado que, insdiscutiblemente habíamos contribuido con lo que la misteriosa historia silenciosamente quería.

Pequeños hechos se sumaron por distintos momentos y sucesos compartidos, que acompañaron una jugosa seria y divertida charla durante los ochocientos kilómetros del camino.

Luego la convivencia durante casi diez dias con todas esas buenas personas. Que son de aquellas que no precisan de los grandes acontecimientos para pasarla de maravillas. Compartir la mesa, cocinar juntos, conversar cosas jugosas que traen los detalles intercambiados. Prueba indiscutible de que lo esencial circula precisamente por lo pequeño y de que es alli donde se construye. Las ocurrencias de buen humor, el comentar sobre canto de pájaros, plantas,flores, aromas, niños, huertas,los viejitos,música local, costumbres, cosas y cositas que tan bien aceitan y aderezan al respirar sobre este mundo; sin caer en complejidades tontas o comentarios de discordia, que tanto mal hubieran hecho.

VIRASORO es un pueblo hermoso, implantado en la Provincia de Corrientes de Nuestra Argentina. Con un clima casi tropical y la consecuente flora y fauna que caracteriza a lugares como éstos. Las viviendas en su mayoría son sencillas porque a la gente de allí, así le gusta que sea. De destaca la vida ordenada sin complejidades, la higiene de sus calles y el impecable aspecto de los lugareños, con sus rituales y tonada propia al hablar, que se refleja en la forma de saludar los hombres a las mujeres o de recibirte cordialmente en sus casas aunque "vayas de pasada". Se toman su tiempo cuando alguien llega a sus hogares y le dan toda la importancia que merece el hecho, ofreciéndo de manera amistosa un sillón y unos mates,que te hacen sentir tan bien , como que te dan ganas de quedarte por cada lugar donde pasas y con cada persona con que tenés la ocasión de hablar un poco nada mas. Niños, ancianos y todos los de ese lugar, tienen la música chamamecera como lenguaje en común. Allí, con el respeto que me merece, tuve la ocasión de percibir un destello de lo que es, desde la vida real, escuchar al verdadero sapukay, exclamación de júbilo o tristeza o de mucho mas que eso, según sea el momento. Les brota del alma y por eso no puede encontrarse significado linguístico a algo tan especial, que suma los ancestros, la madre tierra, y la vida intensa de quien lo exclama o proclama, como quiera decirse.

El afan de progreso de los pobladores, sin perder su naturaleza y autenticidad se refleja en la gran cantidad de madereras y yerbatales, que se suman a las plantaciones abundosas que las proveen. Todo ello le da una pujanza que va desde lo cultural a lo económico pero sin borrar tradiciones tan profundas.

Lo que les traté de contar limitadamente con palabras. Significó un gran suceso con un costo de esfuerzo bien compensado. El resultado fue mejor de lo que esperaba, aunque algo me decía que iba a buen puerto.

Es como el sapucai (o sapukay), las palabras no alcanzan para explicarse. Pero si de algo estoy muy seguro, es que el objetivo de nuestro viaje se cumplió ampliamente.........Fueron semillas que, con el tiempo darán buenos frutos.