martes, 23 de octubre de 2012

AVENTURAS Y DESVENTURAS DE GREGORIO (capítulo cinco)

Habiéndose enterado sorpresivamente que Luciana tenía un novio en Italia, llamado Caloggero y recién llegado a la Argentina para casarse con ella por un compromiso previo. Gregorio, arrebatadamente según su joven edad, se fue entonces de la cantina antes de lo acostumbrado saludando con buenos modos y como era lógico, sin hacer mayores comentarios se despidió diciendo que tendría que levantarse muy temprano.

La verdad es que se fue para la pensión pateando tachos por el camino, porque era  tanta su bronca que le costó mucho apaciguarse.

Se le cruzaban muchas imágenes y porqué negarlo, sentimientos de angustia y desesperación. Fue dándose cuenta de que en realidad hay que ser un poco mas decidido y no esperar tanto en las cuestiones del cuore. Pero también se había apresurado en retirarse tan pronto de la cantina, sin darse cuenta de lo que estaba haciendo. Pero en fin, así son las cosas de los sentimientos, los que muchas veces nos hacen jugarretas que las ignoramos a tal punto, que se encuentran ante nuestras narices sin que nos demos cuenta de ello.

Esa noche como es lógico durmió muy mal, moviéndose todo el tiempo en la cama y soñando tanto dormido como despierto. Tal es asi que siendo la madrugada lo invadieron nuevos pensamientos que lo impulsaban a borrar las amarguras.

Es muy propio de los jóvenes temperamentales la recuperación rápida, o por lo menos el buscar refugios en otras ideas como para intentar olvidarse, cosa que no pudo lograr del todo, ya que en adelante y muy seguido, Luciana aparecería en sus sueños y rondaría por su mente.  Volvió a valerse de su guitarra para cantar canciones tristonas para llenar la nostalgia y  la  confusión, a la cual se sumaban esa mujercita encantadora en primer lugar, además de otros tantos recuerdos.

Comenzó a pensar entonces en que es lo que necesitaría para un nuevo cambio en su situación. A pesar de que   el trabajo en la aduana le había brindado mucha experiencia  y  satisfacción, a cambio de dar un buen servicio lo cual lo hacía muy feliz, descubriendo al fin de que en realidad no era muy ambicioso y  que eso era un aspecto de uno, que recién empieza a entenderlo y descu brirlo cuando el dinero se haya mas al alcance de las posibilidades . Entonces, como era muy austero y de pocas necesidades y pretensiones, fue guardando casi sin querer bastante plata, lo cual  lo impulsó a tomar la decisión de que "mañana mismo" durante la hora de descanso, pondría en el banco todo lo que disponía y "vería en que utilizarla a su debido tiempo". A partir de entonces y durante toda su vida, adoptó esa costumbre de ahorrar, lo cual le fue facilitando el tomar decisiones importantes o afrontar situaciones inesperadas. Conservaba solamente  lo indispensable para cubrir sus necesidades básicas o para darse algún gusto para el o para una persona querida que la vida le fue presentando.

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Pasaron unos tres meses desde lo ocurrido con la italianita y no había regresado a la cantina. Y resultó que en el trabajo le ofrecieron vacaciones pagas durante un mes, prorrogables por otros dos pero sin salario en ésta última opción, a condición que se mantuviera en contacto con la oficina. Esto serviría a que dos nuevos aprendices practicaran en su lugar, que en gran parte habían sido adiestrados por el y, en ese caso les vendría bien, reflexionó.

 Se podría decir que fue por casualidad que un día almorzando en el bodegón, Manuel el gallego cuando lo vio, le dijo con tono eufórico y alegre que "cuando termines quiero hablar contigo". Ese día le había servido una de esas ricas tortillas que solamente los españoles saben hacer, acompañada de ensalada de verduras y luego  de postre, unos ricos pasteles dulces. 

Habiendo terminado de comer ,   se acercó Manuel a la mesa sirviéndole practicamente de prepo una copa de buen Jerez  además de no aceptarle cobro alguno por el consumo de esa ocasión; inmediatamente mirándolo fijamente le propuso que lo acompañara a visitar a su primo José radicado en Tandil, "el que te conté  que tiene la granja", de lo que Gregorio se acordaba perfectamente, ya que le había despertado mucho interés  debido a su motivación por las cosas de la naturaleza;  aceptó la propuesta sin chistar, ya que parecía que era lo que justamente estaba necesitando hacer. El bodegón quedaría al cuidado de otro primo proveniente también de la mismísima España. Don Manuel no tenía muchas ataduras debido a su condición de viudez y falta de hijos que cuidar.


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Tuvo una semana para organizarse para el viaje y lo pudo hacer coincidir con sus vacaciones gracias al buen concepto que  había sabido ganar y la presencia de los principiantes. Ante ello, don Irazabal su jefe, le dijo que teniendo  en cuenta  la distancia, ante cualquier cosa era conveniente que  por lo menos le enviase un telegrama o una carta por correo.

Como Gregorio era bien educado resolvió entonces  ir a  despedirse de Luciana y lo hizo enseguida, aunque como ésta no se encontraba, saludó a  sus padres, quienes le comentaron que tardaría en regresar porque había ido en compañía de Caloggero a realizar unas compras al centro, haciéndole  pensar en consecuencia que estarían organizándose para la boda; les encargó sus saludos para ella y como gesto de buen gusto les pidió que le dieran aquél pañuelo bordado con el nombre de ella  como un regalo de su parte. Sus padres lo tomaron con naturalidad y simpleza, saludándolo con mucho afecto y expresando que estaban muy contentos de que hubiera ido a saludarlos. Era lógico que tuvieran ese sentimiento porque no había regresado desde aquel entonces y le guardaban mucho afecto.  Se veía muy claro la sabiduría de éstos para manejarse en situaciones donde los sentimientos son sus protagonistas. Don Manuel lo había acompañado en esta visita por pedido suyo, resultando entonces mas llevadera la situación . Pero como éste era muy discreto, actuó como si no se diera cuenta de nada.

Cuando llegó el dia del viaje, apareció éste en la pensión a la madrugada  con una carreta de cuatro caballos. El ayudante del conductor tomó todos los bártulos de Gregorio y los amarró muy fuerte en la parte superior. Entre los cuales, estaba toda su ropa y objetos personales dentro de la bolsa marinera que aun conservaba y por separado la guitarra, que terminó siendo su compañera inseparable desde que el dueño de la estancia de Paysandú se la obsequiara. 

Su ropa de trabajo había quedado bien  resguardada en la misma pensión, donde no tuvieron inconvenientes en reservarle la habitación sin costo alguno, dado que era considerado un funcionario público, lo cual implicaba en aquellos tiempos contar con un gran respeto a lo que se sumaba su probo estilo de ser que tenía naturalmente.

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Gran parte del viaje se hizo bajo la lluvia y sobre camino barroso y pedregoso. Pero el entusiasmo de ambos era tan grande que superaron fácilmente toda adversidad y se divertían como chicos. Manuel era de muy buen talante y espíritu alegre.

El trayecto fue sinuoso, ondulante y en ascenso cada vez mayor, en la  medida que se iban acercando a las sierras. Tuvieron que hacer cinco paradas, en dos de las cuales pernoctaron en casas de piedra muy bajas. Sus ocupantes eran familias sencillas y muy hospitalarias que se dedicaban a la cría de cabras principalmente. Les explicaron que la altura de las viviendas era para soportar el viento . Dormían las cabras con ellos para que se mantuviese calentito  porque  eran los meses de pleno invierno, a pesar de que a Gregorio y Manuel los hacía sentir un tanto incómodos,  lo tomaron como aventura, sabiendo que con el tiempo se reirían de ello.

En todas las paradas que hicieron se les daba de beber a los equinos , se los lavaba y se les ponía en condiciones las patas delanteras y traseras. Además estas amables personas les proporcionaban en cada parada ,leche, queso de Cabra y pan horneado a leña  para que pudieran continuar el viaje a gusto y con calorías suficientes.

Las únicas dificultades imprevistas que tuvieron fueron además de la lluvia y una rueda que hubo que arreglar porque casi se salió del carruaje, fue la diarrea persistente que le agarró al ayudante del carretero luego de la segunda parada, que los obligó a demorarse bastante y tener que detenerse varias veces durante unos minutos como para que éste pudiera ir corriendo entre los yuyos para hacer lo suyo a los costados del camino con viento a favor y a cierta distancia, no fuera el caso de que salpicara la carreta, decía ellos bromeando. Dicha cagadera fue atribuida a las cinco tazas de te de piperita que se había bebido. Mientras tanto  debatían por el camino si el nombre correcto no era piperina y creo que tenía razón Gregorio que era quien defendía esta última expresión. Aunque por otro lado pensaban que habría bebido alguna otra hierba que le habrían dado como broma pesada, teoría sustentada por Don Manuel. Fue entonces que se llevaron ambas dudas como mochila del trayecto, las que nunca quedaron aclaradas definitivamente. Quien permaneció callado y con risa contenida, sin omitir opinión , posiblemente para no alterar al ayudante, fue el carretero.

Sin embargo cuando paso un rato largo y mucho trecho recorrido,  no pudieron evitar reirse durante casi todo el resto del viaje, incluido el mismo acompañante......

7 comentarios:

  1. Seguimos leyendo,gracias por compartir,abrazo.

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  2. Aqui sigo a don Gergorio, que lamentalemente se olvida de la madrecita que dejo un día, no me extrañaria.... llorandole.

    Cariños

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  3. Lao deberias escribirlo en un libro pero de papel sería algo muy leído segurisimo es muy amena la lectura,abrazo.

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  4. QUERIDO LAO
    AUNQUE no lo creas y yo no lo parezca, es la vida que quiero, que me gustaría, estar rodeada de equinos (jaja mas no burros en sentido metafórico) y de cabras y pasto, aunque todo quede lejos. Tuvo una gran experiencia de vida, Gregorio, por lo que vamos viendo. LAO, estoy triste, no agobia este gobierno, lo que la gente ni quiere ver ni oir, ni leer, todos los que lo apoyan, teniendo como represntante a una tipa patotera, mal hablada, grosera, de mal corazón, mentirosa ¿vos podés creer que su patrimonio lo haya acrecentado 900 veces -eso no lo niega- justificando o argumentando que es por ser una abogada exitosa ? (del 2003 hasta ahora ¿en qué ejerció como abogada?
    envidio a GREGORIO porque es´ta en un mundo arduo pero de cuentos (Los tuyos) más puro y no tiene que ver esto, porque en el mundo de él, esto no existe.
    Estoy leyendo FIN DE FIESTA, de BEATRIZ GUIDO y a vos te gustaría mucho porque a pesar de que no naciste en esa década (la del 30) cuenta la historia de cinco chicos pre adolescentes en AVELLANEDA, nietos de braceritas, el intendente de Avellaneda, que según parece, algo tuvo que ver con el asesinato del senador bordehere o algo así. En la prehistoria, donde solo existía el partido conservador y el radical ¿no es casi una era precolombina, o pre colonial ya?
    beso

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  5. Lao, esta entrada la encuentro hoy junto al nuevo capítulo de Gregorio, no me había llegado en su momento, así que me pongo al día con las noticias de Gregorio y paso al nuevo capítulo con mucha curiosidad! Un abrazote

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